sábado, 27 de diciembre de 2014

La influencia del medio ambiente sobre la mentalidad - en you tube -


LA INFLUENCIA DEL MEDIO 
AMBIENTE SOBRE LA MENTALIDAD

Se ha demostrado, repetidamente, que los objetos extraños para el individuo producen o despiertan cierta definida reacción dentro de aquel que es expuesto a ellos.
Los griegos creían que el hombre era el producto - en parte al menos - del medio ambiente. Consideraban esencial, por lo tanto, que toda persona estuviera rodeada por cosas diseñadas con el objeto de estimular solamente los más elevados, y nobles sentimientos de su naturaleza. Probaron concluyentemente que la belleza en la vida podía ser producida rodeando la vida con belleza. Descubrieron que los cuerpos simétricos eran construidos por almas qué estaban siempre en presencia de ideales simétricos; que los nobles pensamientos eran producidos por mentes rodeadas de ejemplos de nobleza mental.
Creían que si un hombre se veía forzado a contemplar una edificación plebeya asimétrica, despertaría dentro de si sentimientos bajos y le provocaría el deseo de cometer actos innobles. Así pues, si se levantaban edificios mal proporcionados en el medio de la ciudad, nacerían niños deformes en esa comunidad; y los hombres y mujeres, viendo esa edificación asimétrica, vivirían, consecuentemente, una vida inarmónica.
Muy poco comprendemos nosotros del efecto profundo, o de largo alcance que nos producen las discordancias. En forma potencial, el hombre contiene dentro de si todo lo que existe con relación a él en la naturaleza. Todas las cosas con las que tiene contacto externamente, evocan una correspondencia interna. Por eso es posible cambiar el modo de vivir con algo trivial, como el color o diseño del papel de las paredes de la propia habitación o algún elemento discordante del ambiente que nos rodea a diario.
Un criminal que por mucho tiempo había eludido la ley, fue perseguido y, finalmente, capturado por la marca especial con qué el firmaba. Como bravata, este hombre dibujaba siempre tres pequeños cuadrados en el depósito o caja de caudales donde robaba.
La policía, estando en el apartamento de un individuo sospechoso, se encontró que, mirando desde la sala había enfrente una alta pared de ladrillo, en la cual había tres ventanas distribuidas en la misma forma que la característica firma del criminal. Estas tres
ventanas hicieron tal impresión en la mente del individuo que, involuntariamente, comenzó a firmar con un diseño semejante.
En el siglo veinte, particularmente, vivimos una vida discordante en lo arquitectónico, musical y artístico. Los edificios están amontonados en extraño diseño cubista; instrumentos musicales que no tienen nada en común, son ejecutados a la vez; y el artista moderno ha encontrado fórmulas de color que no tienen su contraparte ni en el cielo, la tierra o el infierno.
La barahúnda y confusión generada por esta civilización no podía dejar de producir efectos perjudiciales sobre la triple constitución del individuo - mental, moral y física -. En consecuencia, su mente es tan desorganizada como su arquitectura; su moral tan discordante como su música, y su cuerpo físico tan desagradable como su arte.
Si queremos producir una raza de hombres y mujeres capaces de tener pensamientos racionales e inteligentes - una nueva orden de superhombres y supermujeres - debemos rodearlos de ejemplos de estabilidad y proporción, los cuales evoquen esos mismos principios latentes en el alma humana. Grecia comprendió profundamente que sus filósofos eran el producto directo de los nobles ideales de música, arte, estética y arquitectura los cuales habían establecido como modelo o “standard” de su sistema cultural.

Manly Palmer Hall – La Cultura de la Mente
*


No hay comentarios:

Publicar un comentario