viernes, 26 de diciembre de 2014

El infierno de Dante - en you tube -

EL INFIERNO DE DANTE
 
En su Infierno y Paraíso, de “La Divina Comedia”, Dante expuso las teorías Cabalistas y Platónicas de los mundos. Siendo un iniciado en los Misterios Rosacruces, pintó al universo como una gigantesca flor, a través de la cual vagaba guiado, primero, por
Virgilio y, después, por su propia alma iluminada, simbolizada por la personalidad de su bienamada Beatriz.
El Infierno de Dante es su símbolo del universo bajo, o inferior, en donde las criaturas humanas agotan las etapas que tienen lugar entre la cuna y la tumba. Hay una creencia popular de que el humano se muere y se va al infierno, o en el mejor de los casos, al purgatorio. Sin embargo, conforme a la filosofía, entramos al infierno cuando nacemos y no cuando morimos. Parece difícil aceptar que este brillante mundo donde vivimos, con su sol y sus flores, y variadas atracciones sea un infierno en el cual las almas de los humanos vienen a expiar sus pecados. Sin embargo, si miramos a nuestro alrededor, veremos en todas partes hombres y mujeres con sus cabezas gachas y espíritus quebrantados sobre los cuales ha caído la venganza del Infierno. Podemos ver a hombres empujando bolsas de oro por empinadas montañas, queriendo llevarlas hasta la cumbre, y - como en los cuadros de lóbrego sueño de Dante - las bolsas de oro se desploman nuevamente hasta el fondo del abismo antes de alcanzar la cima. Así, vemos gente rodeada de todo y que, sin embargo, vive en medio de la miseria.
El mensaje del Infierno de Dante simplemente da nuevo énfasis a los antiguos Misterios de Eleusis. En estos ritos de iniciación, el candidato era conducido por tortuosos túneles y cavernas del mundo inferior, en donde, se le explicaba, mora la mayor parte de la humanidad en la ignorancia y el sufrimiento - esclavizados por la oscuridad que ha llenado sus almas. Cuando el individuo, por el automejoramiento y adecuado entendimiento de los misterios de la vida, se libera de la lujuria, codicia, egoísmo y todos los malos hábitos y características que lo limitan y atormentan, entonces, sólo entonces, puede quitar la piedra que cubre su sepulcro y ascender triunfante de la muerte espiritual a la vida espiritual.
Aquellos que logran la realización del verdadero propósito de la existencia, se les llama “nuevamente nacidos”, del oscuro vientre del infierno, al esplendor del entendimiento espiritual.
Según Platón, el cuerpo es la sepultura del alma, y dentro del cuerpo está enterrado el hombre espiritual, con toda la infinitud de sus poderes potenciales. Mientras el individuo cree que el universo físico es su verdadera morada y está satisfecho de luchar día tras día contra lo inevitable y deja esta morada terrestre antes de realizar sus ideales, debe seguir su vagabundeo como un alma perdida en los corredores de Hades. Plutón, el rey del mundo inferior, es la personificación de la desesperación. Solamente después de estar convencidos de la desesperanza de la existencia material, buscamos el cultivar aquellas cualidades que transportan al alma a una esfera más noble.
Conforme a los griegos, aquellos que mueren físicamente sin haber nacido mental y espiritualmente, yacen en grandes hileras durmiendo a través de las edades. Al final, después de un tiempo, toman nuevamente otro cuerpo físico y sufren los tormentos del
infierno hasta que la mente y el alma despiertan a las potencialidades de la Divinidad interna.
Cegado por los filisteos (deseos y pasiones de la naturaleza inferior), Sansón (la energía del alma humana) está encadenado a la amoladera hasta que, al final, rebelándose contra esa impuesta esclavitud, derriba el templo de sus enemigos. El nacimiento no es sólo un proceso físico, sino también espiritual, y solamente aquel hombre que “nace nuevamente” puede entrar en el reino de los cielos.

Manly Palmer Hall – La Cultura de la Mente
en you tube, aquí
https://www.youtube.com/watch?v=HvLtXA-6H8Y&feature=youtu.be

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