sábado, 27 de diciembre de 2014

La actictud materialista hacia el pensamiento - en you tube -


LA ACTITUD MATERIALISTA
        HACIA    EL    PENSAMIENTO
 
El mundo científico de hoy está interesado profundamente con el fenómeno y función de la mente. Demasiado abstracta para ser susceptible de examen por los instrumentos del físico, la mente sigue siendo un tema fascinante pero, en cierto modo, una especie de suplicio de Tántalo, por lo inalcanzable para la investigación científica.
Algunos científicos sostienen que la mente es un producto químico, resultante de ciertas reacciones químicas producidas en el cuerpo físico. Los pensadores más materialistas creen que la mente es definidamente una parte del organismo físico y que no sobrevive a la disolución del cuerpo, Unos pocos, más osados, afirman que el intelecto es algo suprafísico, anterior al cuerpo y que lo sobrevive después de su destrucción.
Al discutir su actividad funcional, la opinión más generalizada es la de que la mente es el más poderoso vehículo de expresión del hombre. Nuestra civilización toda es la evidente expresión - más bien: objetivación - de los poderes existente potencialmente en la 
mente. También es aceptado, casi universalmente, que el equipo intelectual del individuo es todavía comparativamente imperfecto y que la mente, bajo una dirección adecuada, es capaz de producir inmensamente más de lo que lo hecho hasta ahora.
El materialista está en un laberinto sin salida: no está convencido de si la mente sabe cómo pensar o si es que debe ser enseñada a pensar, antes de ser capaz de producir cualquier cosa. Los esfuerzos hechos hasta aquí para analizar los procesos mentales, sin embargo han resultado negativos.
La mente puede ser considerada un nivel o gradación de la Sustancia Universal.
Penetra toda estructura y forma, pero, sólo puede llamarse seres pensantes a aquellas criaturas que tienen, en su propia naturaleza, un cerebro suficientemente sensitivo para responder a los sutiles impulsos de este plano mental.
De acuerdo a la filosofía, la naturaleza espiritual del hombre está entronizada en el plano mental. La sustancia de la mente es, también, el eslabón que une el espíritu con la materia; porque la mente participa tanto de la actividad y conciencia del espíritu como de la inercia e insensibilidad de la materia.
Toda sustancia física está bajo el control de la sustancia mental, porque el contorno de la forma física corresponde al molde formado por la facultad de imaginar que tiene la actividad del pensamiento El mundo no es más que una objetivación del nivel de la mente humana, y cada mal que ocurre en el mundo es, en realidad la reflexión de alguna deformidad mental. El pensamiento es la acción causal que se halla detrás de una legión de diversificados efectos.
En consecuencia, en la reforma de una institución, pueblo o raza, hay que sintonizar primero con la nota clave intelectual de esa institución, pueblo o raza. Frecuentemente, numerosos efectos son referidos a una sola causa, y quien remodela las agencias causales
podrá obtener resultados más reparadores, en su campo de acción, que aquel que sólo se ocupa de los efectos.
La ciencia ha fracasado hasta el presente en dar a sus devotos un código moral o ético. Ha buscado el incremento de la capacidad mental y el mejoramiento de las cualidades mentales, pero ha sido incapaz de comprender que así como la mente se engrandece, se
vuelve más peligrosa si no se cuida el correspondiente desarrollo moral y ético. Con su cultivo de la mente, no es del todo inverosímil que la ciencia pueda producir un monstruo como el del doctor Frankenstein que destruya su propio creador. Esa educación no es 
suficiente cuando sólo confiere al hombre un equipo mental superior; es, también, de importancia vital que sean desarrolladas las cualidades alma. El alma es algo que el intelecto no puede otorgar.
Nada más terrible puede ser concebido que un mundo de individuos sin alma, en el cual todas las cosas hayan sido reducidas a un frío calculo intelectual, y solamente cuando la evolución de la mente y el alma sea paralela - cada una equilibrando el exceso de la otra
- tendremos, realmente, un mundo seguro para el desarrollo de la humanidad.

Manly Palmer Hall – La Cultura de la Mente
*


No hay comentarios:

Publicar un comentario