jueves, 5 de noviembre de 2015

Una Nueva Tierra

Una Nueva Tierra

Prosiguiendo con los estudios sobre el desarrollo personal; anexo a la presente se comparte interesante exposición sobre Una Nueva Tierra, de Eckhart Tolle, quien brevemente nos señala la importancia del conocimiento de sí, para:

1.- Entender y superar los condicionamientos sociales; calificados por Eckhart Tolle, como el cuerpo del dolor: Que por el personal karma subyuga a gran parte de la humanidad, por promover: 1.1.- La costumbre de estar desfasado/a en el tiempo presente, manteniendo enfocada la atención de la mente en expectantes e inciertos pensamientos; o en pasados e inmodificables sentimientossensaciones o acciones.1.2.- Una herencia Condicionamiento Social12social disfuncional; porque la mayoría de las estructuras sociales, son muy inestables e inconsistentes. 1.3.- Ilusiones e identificación psicológica con las cosas (Bienes, muebles e inmuebles), las personas (Familiares, amistades, ídolos, etc.); y algunas veces, hasta con el propio cuerpo físico. Lo que colateralmente conlleva a justificar y defender la identificación y la ilusión con la necesidad de sentir superioridad y fama, tratando de imitar personajes predeterminados y transitorios. 1.4.- Hábitos de oír la voz de la mente, cuando se pretende calificar todo como bueno, malo, positivo, negativo, víctima, victimario, etc. 1.5.- Quererinconscientemente cada vez más; por la falsa necesidad, de poseer más. 1.6.- El olvido delEspíritu o del Ser interior; lo que a la larga genera la profundización del instinto de separatividad, con su respectivo sufrimiento e infelicidad. 1.7.- Quejas, resentimientos, reactividad, agravios y violencia; lo que colateralmente lidia, con una voluntaria consternación. 1.8.- Usar la razón para crear errores; lo que incluso conduce a la guerra, como una forma racional y normal de pensamiento y proceder. 1.9.- La falsa creencia de que los condicionamientos sociales eidiotizaciones son expresiones propias y personales. 1.10.- Dejarse llevar por las bajas emociones centrípetas o destructivas del cuerpo emocional, de deseos o astral.

2.- Mantener centrada la atención en la luz interior del Espíritu, a objeto de: 2.1.- Promover el despertar de una nueva consciencia; propia, y colectiva. 2.2.- Convertir la religión en parte de laespiritualidad; para suscitar el verdadero religar, regreso al Padre o a Dios2.3.- Vivir en paz; que sobrepasa, toda comprensión. 2.4.- Conocer y manejar apropiadamente la verdad absoluta y relativa. 2.5.- Distinguir y aprovechar la verdadera felicidad de la imaginaria. 2.6.- Cumplir cabalmente con el rol de progenitores; todo con la finalidad de impulsar una mejor, justa, cooperativa y amorosa sociedad. 2.7.- Visualizar como los condicionamientos sociales eidiotizaciones afectan y enferman a los cuerpos; y hasta el propio ambiente, para luego contar con la suficiente consciencia en cuanto lograr la auto-curación propia y de terceros. 2.8.-Practicar la meditación y la respiración consciente; a los efectos, en pro de la auto-purificación de los cuerpos2.9.- Aprender a vivir en tiempo presente, o en el ahora. 2.10.- Demostrar exteriormente lo que verdaderamente somos interiormente. 2.11.- Encarar y vencer las limitaciones; y a su vez extraer de ellas todo el conocimiento posible, para transmutarlo enconsciencia2.12.- Comprender el error de Descartes a la visión de Sartre12.13.- Existir y evolucionar dentro de la luz (Sabiduría), amor y poder (Salud, paz [Quietud], dicha [Alegría] y prosperidad) del Espíritu2.15.- Estimular una inmediata transformación propia; para directa e indirectamente coadyuvar, a que se forje Un Nuevo Cielo Y Una Nueva Tierra.

Cordiales saludos:

Jorge E. Morales H.

1. DEL ERROR DE DESCARTES A LA VISIÓN DE SARTRE: Descartes; el filósofo del siglo diecisiete, considerado el fundador de la filosofía moderna, dotó de expresión a este error primario con su famosa aseveración (Para él la verdad primaria) de "Pienso, luego existo". Fue su respuesta a la pregunta de si "¿Hay algo que pueda saber con absoluta certeza?" Se dio cuenta de que no había duda alguna acerca del hecho de estar pensando constantemente; de manera que concluyó que pensar era sinónimo de Ser, es decir que la identidad –el yo soy– era sinónimo del pensamiento. En lugar de la verdad última, encontró la raíz del ego, aunque nunca lo supo. Pasaron casi 300 años antes de que otro famoso filósofo reconociera en esa afirmación algo que ni Descartes ni nadie más había visto. Su nombre era Jean Paul Sartre. Reflexionó a fondo acerca de ese "Pienso, luego existo"; y súbitamente descubrió, según sus propias palabras, que "La conciencia que dice 'existo' no es la conciencia que piensa". ¿Qué quiso decir con eso? Cuando tomamos conciencia de estar pensando, esa conciencia no es parte del pensamiento. Es una dimensión diferente de la conciencia. Y es esa conciencia la que dice "existo". Si solamente hubiera pensamientos en nosotros, ni siquiera sabríamos que pensamos. Seríamos como el soñador que no sabe que está soñando. Estaríamos tan identificados con cada pensamiento como lo está el soñador con cada una de las imágenes del sueño. Muchas personas todavía viven de esa manera, como sonámbulas, atrapadas en la mentalidad disfuncional que crea una y otra vez la misma pesadilla de la realidad. Cuando reconocemos que estamos soñando es porque estamos despiertos dentro del sueño y ha entrado en escena otra dimensión de la conciencia. La implicación de la visión de Sartre es profunda, pero él estaba todavía demasiado identificado con el pensamiento para darse cuenta del enorme significado de lo que había descubierto: el afloramiento de una nueva dimensión de la conciencia.

PD: Todas las palabras subrayadas tienen su vínculo aclaratorio en Web. Si buscas espacio seguro y amplio en la NUBE; para guardar, manejar, ver y utilizar en cualquier parte fotos, videos y archivos personales, se recomienda encontrarlo en los siguientes sitios: 123 y 4.

Los Éteres y sus Funciones
Cuando analizamos el ser humano, encontramos en él los cuatro éteres: Químico, de vida, luminoso y reflector. Estos cuatro éteres se encuentran en el humano en forma diferente y activa, en su bien desarrollado cuerpo vital. Mediante la actividad del éter químico, se encuentra en condiciones de asimilar el alimento y crecer; las fuerzas del éter de vida le permiten propagar su especie; las energías del éter luminoso proporcionan el calor del cuerpo, a la vez que operan en los nervios y músculos, abriendo así las puertas de comunicación con el mundo exterior, por medio de los sentidos. Y el éter reflector finalmente permite que el espíritu controle sus vehículos mediante el pensamiento. Este éter es el que almacena las experiencias pasadas, en forma de memoria. Los éteres químico y de vida constituyen la matriz de nuestros cuerpos físicos. Cada molécula del cuerpo físico está como sumergida en una red de éter que lo impregna y lo llena de vida. Merced a estos éteres se llevan a cabo las funciones corporales de la respiración, etc., y de la densidad y consistencia de estas matrices etéricas depende el estado de salud. Los átomos de los éteres químicos y de vida reunidos en torno de la simiente atómica nuclear; en el Plexo Solar, tienen una forma prismática. Están todos situados en tal forma queCuerpo Físico Etérico03Gcuando la energía solar entra en el cuerpo por el bazo, el rayo que se refracta es el rojo. Éste es el color del aspecto del creador de la Trinidad, o sea Yejovt (Jehová), el Espíritu Santo, regido por la Luna, el planeta de la fecundación. Por consiguiente, los fluidos vitales del Sol, que penetran en el cuerpo humano por el bazo se tiñen con un ligero color de rosa, que muchas veces pueden observar los videntes circulando cargados, los éteres químico y de vida son las vías de asimilación que preservan al individuo, y de fecundación, que perpetúan la raza. Durante la vida, cada átomo prismático vital compenetra un átomo físico y lo hace vibrar. Para hacerse una idea de esta combinación, podemos imaginarnos una canasta de alambre curvado espiralmente, que fuera de un polo al otro. Éste es el átomo físico, el que está formado de manera muy parecida al de nuestra Tierra, y el átomo prismático vital queda insertado desde arriba, que es el punto más ancho y que correspondería al polo norte de nuestra Tierra. Así pues, la punta del prisma penetra en el átomo físico en el punto más estrecho, que corresponde al polo sur de la Tierra, y todo el conjunto se parece a un trompo que gira y bambolea a la vez que vibra intensamente. Así es como nuestro cuerpo se llena de vida y es capaz de moverse. Los éteres luminoso y reflector son los conductores de la conciencia y de la memoria. En el individuo corriente se encuentran un tanto atenuados y no han tomado todavía una forma definida. Ínter-penetran el átomo en la misma forma en que el aire ínter-penetra una esponja; y forma algo así, como una ligera atmósfera áurica por fuera de cada átomo. Ya ha quedado demostrado por la ciencia material que los átomos de nuestro cuerpo denso están cambiando constantemente, de tal manera que toda la materia que compone actualmente nuestro vehículo habrá desaparecido en unos pocos años, a pesar de lo cual las cicatrices y otras manchas siguen conservándose desde la niñez hasta la ancianidad. La razón de este fenómeno reside en que los átomos prismáticos que componen nuestro cuerpo vital hermanen sin cambio alguno desde la cuna hasta la tumba. Siempre se encuentran en las mismas posiciones relativas; esto es, los átomos etéricos prismáticos que hacen vibrar a los átomos físicos de los dedos de los pies o de las manos, no cambian de situación y se van a otras partes del cuerpo, sino que permanecen exactamente en el mismo lugar en que fueron colocados al principio. Una lesión en los átomos físicos implica una impresión similar en átomos etéricos prismáticos. La nueva sustancia física que se modela sobre ellos continúa entonces tomando la forma y la contextura similares a los que tenía originalmente. Estas observaciones se aplican exclusivamente a los átomos prismáticos que corresponden a los sólidos y los líquidos en el Mundo Físico, porque asumen cierta forma definida que conservan. Pero, además, en la actual etapa de la Evolución, cada ser humano tiene cierta cantidad de éteres luminoso y reflector, que son los vehículos de la percepción sensorial y de la memoria, entremezclados en su cuerpo vital. Podríamos decir que el éter luminoso corresponde a los gases del Mundo Físico, y la mejor descripción que podríamos dar del éter reflector es la de llamarlo híper-etérico. Es una sustancia vacua, de color azulado, que se parece por su color al centro azulado de una llama de gas.

Aunque se presenta como si fuera transparente y pareciera revelar todas las cosas, en realidad oculta todos los secretos de la Naturaleza y de la Humanidad. Los éteres luminosos y reflector son de naturaleza exactamente opuesta a la de los átomos etéricos prismáticos y estacionarios. Son volátiles y migratorios. Sea cual fuere la cantidad que el ser humano posea de estas substancias, siempre son la fructificación o cosecha de las experiencias de su vida. Dentro del cuerpo se mezclan con la sangre, y cuando han ido creciendo merced al servicio y al sacrificio que se hace en la escuela de la vida; de manera que ya no puedan quedar contenidos dentro del cuerpo, se los puede observar fuera de este como un cuerpo anímico coloreado de oro y azul. El azul es lo que muestra el tipo más elevado de espiritualidad, por cuyo motivo suele ser el más pequeño en volumen y puede comparare al corazón azul de la llama del gas. El color dorado forma la parte mayor y correspondería a la parte de luz amarilla que rodea al centro azul de la citada llama de gas. El color azul no aparece fuera del cuerpo más que en las personas de extraordinaria santidad y solo se observa generalmente el color amarillo. Al producirse la muerte, esta parte del cuerpo vital se graba en el cuerpo de deseos, con el panorama de la vida que contiene. Entonces se imprime en el átomo germinal o simiente atómica la quintaesencia de toda nuestra experiencia en la vida, como conciencia o virtud, que es lo que nos inducirá a Cuerpo Físico Etérico03Hevitar el mal y a realizar el bien en las vidas próximas. De esta manera, la calidad de la simiente atómica varía de vida en vida. Y la quintaesencia del bien extraído de la parte migratoria del cuerpo vital en una vida es la que determina la calidad de los átomos prismáticos estacionarios y etéricos de la vida siguiente. Lo más elevado en una vida se convierte en lo más bajó de la siguiente, y así es como gradualmente vamos trepando por la escala de la Evolución hacia la Divinidad. Por lo que antecede se verá que el cuerpo vital es un vehículo de hábitos. Todos los padres saben que durante los primeros siete años de la infancia; en cuyo período se gesta este vehículo, los niños van formando un hábito tras otro. La repetición es la clave del cuerpo vital y los hábitos dependen de dicha repetición. Con el cuerpo de deseos no sucede así, pues el vehículo de los sentimientos y emociones está siempre cambiando de un momento a otro. Y aunque hemos dicho que el éter que forma nuestro cuerpo anímico está en movimiento constante y se mezcla con la corriente sanguínea, ese movimiento es relativamente lento si se lo compara con la rapidez de las corrientes del cuerpo de deseos. Podríamos decir que el éter se mueve con la velocidad de un caracol, comparándolo con la velocidad de la luz. Cuando el Ego se encuentra en camino por la Región del Pensamiento Concreto, el Mundo de Deseos y la Región Etérica, va juntando cierta suma de substancias de cada uno de ellos. La calidad de esta substancia queda determinada por la simiente atómica, basándose en el principio de que los semejantes se atraen. La cantidad depende de la suma de substancia necesaria, según el arquetipo que hayamos construido para nosotros mismos en el Segundo Cielo. De la suma total de átomos etéricos prismáticos que haya reunido en torno de él algún espíritu; los Ángeles Registradores y sus agentes construyen una forma etérica de materia física, que constituye el cuerpo visible del niño recién nacido. Sólo una pequeña parte del éter que ha reunido cada Ego se emplea así. Y el resto del cuerpo vital del niño; o mejor dicho, el material con el cual se irá formando dicho vehículo, queda fuera del cuerpo físico. Por ese motivo el cuerpo vital del niño sobresale muchísimo más de la periferia del cuerpo físico que el del adulto. Durante el período del crecimiento, esta reserva de átomos etéricos va siendo absorbida para vitalizar los crecimientos corporales hasta que, al llegar a la edad adulta, el cuerpo vital apenas sobresale de una pulgada a pulgada y media fuera del físico. La Escuela de Sabiduría del Occidente enseña como máxima fundamental que "todo desenvolvimiento oculto comienza siempre con el cuerpo vital”. La parte del cuerpo vital formada por los éteres superiores, el éter luminoso y el éter reflector, es lo que podemos llamar el cuerpo anímico; esto es, está más estrechamente vinculado con el cuerpo de deseos y la mente, y es más obediente a los impulsos del espíritu que los otros dos éteres. Es el vehículo del intelecto y de todo aquello que hace del hombre un ser humano. Nuestras observaciones, nuestras aspiraciones, nuestro carácter, etcétera, se deben a la obra del espíritu en estos dos éteres superiores, los cuales se van tornando más o menos refulgentes de acuerdo con la naturaleza de nuestro carácter y de nuestros hábitos. Y de la misma manera en que el cuerpo denso asimila partículas de alimento y gana en carnes, así también estos dos éteres superiores asimilan nuestras buenas obras durante la vida y aumentan de volumen. Y según nuestras obras en la vida presente, aumentamos o disminuimos lo que trajimos al nacer. Por esta razón la Doctrina Occidental de la Ciencia Espiritual dice, que todo desenvolvimiento místico comienza con el cuerpo vital.


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