viernes, 20 de noviembre de 2015

La Revolución De La Conciencia

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 La Revolución De La Conciencia



Continuando con los estudios sobre el desarrollo personal; anexo se comparte interesante exposición sobre La Revolución De La Conciencia, de Isha, quien brevemente nos señala la importancia del conocimiento de sí para focalizar la atención mental en la luz interior delEspíritu. Todo con la finalidad de Revolucionar LaConsciencia capitalizando o extrayendo con amorla quintaesencia a los conocimientos obtenidos, luego de encarar y superar las distintas eventualidades con sus condicionamientos sociales que nos depara la vida.

Cordiales saludos:





Jorge E. Morales H.

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6. EL ESPÍRITU
La verdadera naturaleza del Espíritu sólo puede ser revelada en forma inteligible a los iniciados de grado superior, aquellos que (Debido a la tarea efectuada en la tercera iniciación) han sido puestos en consciente contacto con su “Padre en el Cielo”, la Mónada. Los estudiantes esotéricos, discípulos e iniciados esotéricos de grado inferior están desarrollando el contacto con el Alma; o segundo aspecto, y sólo cuando este Alma12Ccontacto se halla firmemente establecido puede considerarse el concepto superior. La meta del humano consiste en alcanzar la conciencia de la naturaleza del Alma, medio por el cual siempre actúa el aspecto Espíritu. Esto es lo máximo que puede hacer. Habiendo aprendido a actuar como Alma; desapegado de los tres mundos, el humano entonces llega a ser parte activa integrante y consciente del Alma que compenetra y prevalece en todo lo que existe en la manifestación. Sólo entonces, la pura luz del Espíritu en sí se le hace visible debido a que valora con exactitud la Joya oculta en el corazón de su propio ser. Sólo entonces, llega a ser consciente de la grandiosa Joya oculta en el corazón de La manifestación solar. Aun así; en esa etapa avanzada, todo lo que puede percibir, hacer contacto y visualizar, es la luz que emana de la Joya y la radiación que vela la gloria interna. Es innecesario entonces que estudiemos y consideremos aquello que el iniciado de alto grado apenas puede presentir vagamente; inútil es para nosotros buscar términos para expresar aquello que se halla oculto detrás de las ideas y los pensamientos, cuando los pensamientos mismos no son comprendidos perfectamente ni es perfecto el mecanismo de comprensión. El humano mismo - Una idea grande y específica - no conoce la naturaleza de aquello que intenta expresar. Todo lo que podemos hacer es captar el hecho de que existe AQUELLO que aún no puede ser definido; y comprender que prevalece una vida central que compenetra y anima al Alma, y trata de utilizar la forma por la cual ella se expresa. Lo mismo puede decirse de todas las formas y de todas las Almas, subhumanas, humanas, planetarias y solares. Todo lo que tiende a elevar el nivel de la humanidad; en cualquier plano de manifestación, es obra religiosa y tiene una meta espiritual. Pues materia es sólo Espíritu en el plano más bajo, y Espíritu; según se dice, es materia en el plano más alto. Todo es Espíritu, y las diferenciaciones sólo son producto de la mente finita. Por lo tanto, todos los colaboradores y conocedores de Dios; encarnados o desencarnados, que trabajan en cualquier campo de la manifestación divina, forman parte de la Jerarquía planetaria y constituyen unidades integrantes de esa gran nube de testigos, los “espectadores y observadores”. Ellos poseen el poder de la visión o percepción espiritual, además de la visión física u objetiva. La palabra “espiritual” no se refiere a los asuntos religiosos. Toda actividad que impele al ser humano hacia algún tipo de desarrollo - Físico, emocional, mental, intuitivo, social -; si es para salir de su actual estado, es esencialmente de naturaleza espiritual, e indica la vivencia del ente divino interno. El Espíritu del hombre es inmortal, perdura eternamente, progresa gradualmente etapa tras etapa en el Sendero de evolución, desarrollando firme y sucesivamente los aspectos y atributos divinos.



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