martes, 17 de noviembre de 2015

Hombre a La Conquista De Su Destino


 Hombre A La Conquista De Su Destino

Prosiguiendo con los estudios sobre el desarrollo personal; anexo se comparte interesante exposición sobre El Hombre A La Conquista De Su Destino, de Omraam Mikhaël Aïvanhov, quien brevemente nos señala la importancia delconocimiento de sí, para alcanzar a comprender, obedecer y dominar:

1.- Las Leyes del Universo; entre las que resaltan la ley de causa y efecto (La justicia humana, la justicia divina y la reencarnación), la ley de correspondencia (La ley de analogía), la ley de generación (Evolución y creación), la ley de mentalismo (Ley de grabación), la ley de correspondencia (Las leyes de la naturaleza y las leyes morales). Pues  quien entiende, acata y controla con consciencia las leyes del Universo,conquista su destino.

Cordiales saludos:
  


Jorge E. Morales H.


PD: Todas las palabras subrayadas tienen su vínculo aclaratorio en Web. Si buscas espacio seguro y amplio en la NUBE; para guardar, manejar, ver y utilizar en cualquier parte fotos, videos y archivos personales, se recomienda encontrarlo en los siguientes sitios: 123 y 4.

TODO MOMENTO ES UN REGALO DE LA VIDA
Despertarse cada mañana En el momento en que despiertas; justo en ese momento, sonríe. Es una sonrisa de iluminación. Eres consciente de que empieza un nuevo día, que la vida te ofrece veinticuatro nuevas horas para vivir y que ése es el más preciado de los regalos. Puedes recitarte el siguiente poema, en silencio o en voz alta: Al despertarme esta mañana, sonrío. Veinticuatro nuevas horas me aguardan. Me comprometo a vivir plenamente cada instante y mirar a todos los seres con los ojos de la compasión. Tal vez te apetezca pronunciar los versos mientras permaneces en la cama con los brazos y las piernas cómodamente relajados. AlMindfulness03inspirar, pronuncias la primera línea; al espirar, la segunda. Con la próxima inspiración, dices la tercera; y al espirar, la cuarta. Entonces, con una sonrisa en el rostro, te incorporas, te sientas, deslizas los pies en las zapatillas y caminas hacia el baño. Agua corriente, te lavas la cara. Puedes conectar con una gran dosis de felicidad mientras te lavas la cara, te cepillas los dientes, te peinas, te afeitas y te duchas si sabes cómo proyectar la luz de la atención sobre cada una de las cosas que haces. Por ejemplo; al abrir el grifo, puedes disfrutar del contacto con el agua corriente que brota del grifo y también con la fuente del agua. Puedes recitar el siguiente poema: El agua fluye desde altas fuentes de montaña. El agua recorre las profundidades de la tierra. Milagrosamente, el agua llega hasta nosotros. Estoy colmado de gratitud. Estos versos nos ayudan a ser conscientes del viaje del agua desde su origen hasta el lavabo del baño. Eso es la meditación. También adviertes lo afortunado que eres al disponer de agua corriente con tan solo accionar un mando. Esta consciencia te aporta felicidad. Eso es la plena consciencia. El mindfulness es atención, es la capacidad de reconocer lo que está pasando en cada momento. Lo que está ocurriendo aquí es lo siguiente: Abres el grifo y el agua fluye para ti. En Plum Village; en Francia, a veces nos cortan el suministro de agua. Cada vez que eso sucede, nos recuerda que no disponer de agua es una privación, y tenerla, una felicidad. ¡Reconocemos la felicidad sólo cuando recordamos las épocas de sufrimiento! Siempre me ha gustado abrir el grifo lentamente, tomar el agua fresca entre las manos y echármela en los ojos. Aquí; en Francia, el agua está muy fría en invierno. Sentir el agua helada en mis dedos, mis ojos, mis mejillas, es muy refrescante. Por favor, habita el momento presente y disfruta de esa sensación. Deja que te despierte. Deléitate en ella. Eres feliz porque sabes atesorar el regalo del agua y alimentar tu propia gratitud. Podemos hacer lo mismo si volcamos el agua en una jofaina para lavarnos la cara. Sé consciente de cada movimiento, no pienses en otras cosas. Lo más importante para ti en este momento es experimentar gozo en cada uno de tus movimientos. Note apresures en terminar y dedicarte a otra cosa. ¡Eso es la meditación! La meditación consiste en ofrecerte a ti mismo tu presencia genuina en cada momento. Es la capacidad de reconocer meridianamente que todo instante es un regalo de la vida, un regalo de la tierra y el cielo. En el zen, esto recibe el nombre de «gozo de la meditación». Lavarse los dientes. He aquí un reto para ti. Vas a estar uno o dos minutos lavándote los dientes. ¿Cómo hacer para disfrutar de la verdadera felicidad durante ese breve período de tiempo? No te apresures. No intentes llevar a cabo la acción tan rápido como sea posible y acabarla cuanto antes. Concentra toda tu atención en el cepillado. Cuentas con tiempo para cepillarte los dientes. Tienes el cepillo, la pasta y los dientes que debes cepillar. Tengo ochenta y cuatro años, y cada vez que me cepillo los dientes soy feliz —Ya sabes; a mi edad, tener tantos dientes que cepillar ¡es una cosa maravillosa!—. Así pues, el reto consiste en cepillarse los dientes de modo que disfrutes de la tranquilidad y la felicidad durante el minuto o dos que dura la operación. Si puedes hacerlo, habrás tenido éxito; estarás meditando justo en ese instante. He aquí un poema en el que te puedes recrear mientras te lavas los dientes: Al lavarme los dientes y enjuagarme la boca, me comprometo a hablar con pureza y ternura. Cuando mi boca desprende el aroma de las palabras correctas, una flor se abre en el jardín de mi corazón. Estos versos están pensados para ayudarnos a centrar nuestra atención en lo que sucede en el instante presente. No quedamos atrapados en el recitado de los Mindfulness02versos; si la concentración y el mindfulness están en nosotros, si sabemos cómo sumergirnos con tranquilidad en el instante presente, puede que no tengamos que recurrir a ellos para ser felices. Ducharse y vestirse Mientras nos duchamos, afeitamos, peinamos y vestimos, podemos practicar igual que cuando nos lavamos los dientes. Concedemos toda nuestra atención a lo que estamos haciendo. Lo hacemos de forma ligera y sin prisas, para nuestra propia felicidad; sabemos que en ese momento, lavarnos, afeitarnos o peinarnos es lo más importante que tenemos que hacer en la vida. No dejes que el pensamiento habitual te aparte hacia acontecimientos del pasado o del futuro o te atrape en preocupaciones, tristeza o ira. Practica el mindfulness o atención plena con sencillez, tal como hemos explicado, y al cabo de tres días verás los progresos; es como cuando te ejercitas en cualquier otra cosa: Tocar un instrumento musical, cantar o jugar al tenis de mesa. Practica el hecho de vivir cada momento de tu vida cotidiana profundamente y en libertad. Si es lo que de verdad quieres, entonces debes dejar de perseguir el pasado, el futuro y todas tus preocupaciones y regresar al momento presente.

Sentarse y respirar Algunas personas practican la meditación sentándose durante media hora, cuarenta y cinco minutos o un período de tiempo más largo. Aquí solo te pido que tomes asiento durante dos o tres minutos. Después de eso, si descubres que ese tipo de meditación es demasiado agradable como para parar, puedes seguir tanto como quieras. Si tienes un altar en casa, siéntate cerca de él. Si no es así, hazlo en un lugar apropiado; por ejemplo, frente a una ventana que dé al exterior. Siéntate en un cojín con las piernas cómodamente cruzadas ante ti y las rodillas descansando en el suelo; se trata de una posición muy estable con tres puntos de apoyo (El asiento en el cojín y las dos rodillas). Firmemente asentado, relajado, puedes permanecer así un rato largo sin que se te entumezcan las piernas. Tal vez quieras probar con cojines de diferente grosor y anchura hasta encontrar el que mejor se ajuste a tu cuerpo. Si así lo deseas, quema una varilla de incienso para propiciar una atmósfera sagrada. Sostén el incienso en las manos con serenidad y concentra todo tu ser en encenderlo y colocarlo en el incensario. Quema el incienso inmerso en la concentración y la plena consciencia. Todo tu ser está ahí; plenamente presente, mientras prendes el incienso. Cuando te sientes, procura que tu espalda y cuello tracen una línea recta, pero no rígida o tensa. Centra tu atención en la respiración mientras fluye primero dentro; y después fuera, de tu vientre y de tu pecho. Al inspirar, siento que mi aliento se adentra en mi vientre y en mi pecho. Al espirar, siento que mi aliento sale de mi vientre y de mi pecho. Al inspirar, soy consciente de todo mi cuerpo. Al espirar, sonrío a todo mi cuerpo. Al inspirar, soy consciente de algunos dolores y tensiones en mi cuerpo. Al espirar, libero todos los dolores y tensiones de mi cuerpo. Al inspirar, me siento bien. Al espirar, me siento ligero. Puedes practicar con esta estrofa muchas veces a lo largo Mindfulness01del día, en el trabajo o en cualquier momento, para recuperar una sensación de amplitud, relajación y liviandad. Preparar el desayuno ¡Preparar el desayuno también es una práctica de meditación! Calentar agua, hacer una taza de té o café, llenar un bol de copos de avena, tostar el pan, cortar fruta, poner la mesa: todas estas acciones pueden llevarse a cabo de acuerdo con la plena consciencia. Hacer las cosas de acuerdo con el mindfulness significa que realizamos cada acción con clara consciencia de lo que está sucediendo y de lo que estamos haciendo en el instante presente, y también que nos sentimos felices mientras lo hacemos. La plena consciencia o atención plena es la capacidad de proyectar la luz de la consciencia y la atención sobre todo cuanto acontece aquí y ahora. El mindfulness es el corazón de la práctica de la meditación. Cuando prepares una taza de té, sé plenamente consciente de que preparas una taza de té: sin volver al pasado, sin proyectarte hacia el futuro, con la mente plenamente inmersa en la acción de preparar el té, así estás presente. La plena consciencia nos ayuda a vivir con profundidad cada momento de nuestra vida diaria. Todos tenemos la capacidad de estar presentes, pero aquellos que saben cómo practicarla, desarrollan una energía de atención plena mucho más poderosa y una mayor capacidad para sumirse tranquilamente en el presente. Puedes convertir la preparación del desayuno en una meditación muy agradable. Si otro miembro de la familia o compañero de piso está ya en la cocina, acércate y ayuda. Al trabajar juntos en la atención plena, al practicar el vivir en el instante presente, conviertes la preparación del desayuno en un momento de gozo. Tomar el desayuno Deja que el desayuno sea un momento de tranquila y sosegada felicidad. No leas el periódico, no enciendas el televisor, no escuches la radio. Siéntate en una postura correcta y mira los alimentos de la mesa. Observa a las personas que han tomado asiento junto a ti, respira y sonríe mientras el reconocimiento y la gratitud se abren paso en ti. Puedes dedicarles unas palabras. Por ejemplo: «¡Es estupendo que te sientes a desayunar conmigo, mamá!» o «Hace buen tiempo hoy, papá, así que recuerda salir fuera y echarte en la hamaca por mí» o «Cariño, hoy voy a terminar el trabajo un poco antes, por lo que estaré aquí para ayudarte a preparar la cena». Este tipo de comentarios agradecen la preciosa presencia de las personas a las que amas; son una práctica de mindfulness. Con la plena consciencia, la interacción durante el tiempo del desayuno puede servir para que tú y tus seres queridos reconozcáis y apreciéis las diversas condiciones de felicidad de las que disfrutáis. Después del desayuno, el hecho de recoger la mesa y limpiar el bol puede suponer una alegría antes de comenzar el resto del día. Controlar los hábitos negativos Tenemos hábitos mentales negativos que surgen una y otra vez. Uno de los hábitos negativos más relevantes es permitir que nuestra mente se proyecte constantemente hacia el futuro. Tal vez lo heredamos de nuestros padres. Impulsados por nuestras preocupaciones, somos incapaces de vivir plena y felizmente en el presente. En lo más profundo creemos que en realidad aún no podemos ser felices, que todavía tenemos que marcar una serie de casillas antes de disfrutar totalmente de la vida. Especulamos, soñamos, urdimos estrategias y planeamos para lograr esas «condiciones de felicidad» que queremos tener en el futuro; y continuamente perseguimos ese porvenir, incluso cuando soñamos. Podemos albergar muchos temores respecto al futuro porque no sabemos cómo va a ser, y esas preocupaciones y ansiedades nos impiden disfrutar el estar aquí y ahora. Aquí, tu práctica de meditación consiste en traer la mente de regreso al presente y reconocer el hábito cada vez que nos aparta de él. Solo necesitamos respirar conscientemente y sonreír a la energía del hábito: «Oh, eso me ha apartado del presente otra vez». Una vez que reconocemos las energías del hábito, éstas pierden su poder sobre nosotros y de nuevo volvemos a ser libres para vivir sosegada y felizmente en el presente.



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