martes, 8 de diciembre de 2015

En Las Fuentes Inalterables De La Alegría

En Las Fuentes Inalterables De La Alegría

Prosiguiendo con los estudios sobre el desarrollo personal; adjunto se comparte exposición sobre En Las Fuentes Inalterables De La Alegría, de Omraam Mikhaël Aïvanhov, quien brevemente nos resalta la 
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importancia delconocimiento de sí, para:


1.- Aprender a mantener enfocada la tención mental en la luz interior del Espíritu o del Alma; y colateralmente conseguir en sí mismo/a la respuestas de Dios, utilizando como guía la luz delAlma.
3.- Hollar el camino espiritual; para comprender que su origen (Involución de la Mónada o Chispa Divina) y fin (Evolución en Llama Creadora de Universos) es Dios y lograr avanzar sin miedo al extranjero.
4.- Entender y superar los condicionamientos sociales; conjuntamente con su dolor,enfermedades y sufrimientos, para finalmente ser como pez en el agua o ubicarnos en nuestro verdadero ambiente.
5.- Conocer y acatar las Leyes del Universo; para captar las lecciones de la inteligencia cósmica, cumplir los compromisos con las entidades celestiales (Los Ángeles), y ubicarnos dentro del árbol cósmico.
6.- Disfrutar los tesoros de la paciencia (Ciencia de la paz).
7.- Superar y fijar nuevas simas a alcanzar, abriendo las puertas del sueño.
8.- Disfrutar Las Fuentes Inalterables De La Alegría y del Amor.

Cordiales saludos:

Jorge E. Morales H.

PD: Todas las palabras subrayadas tienen su vínculo aclaratorio en Web. Si buscas espacio seguro y amplio en la NUBE; para guardar, manejar, ver y utilizar en cualquier parte fotos, videos y archivos personales, se recomienda encontrarlo en los siguientes sitios: 123 y 4.

LA VIVENCIA
EL VALLE ESTABA en la sombra, y el Sol en su ocaso tocaba las cumbres de las lejanas montañas el resplandor del atardecer parecía venir desde el interior. Al norte del largo camino las montañas eran desnudas y áridas, desbastadas por el fuego; al sur, las sierras estaban verdes y cubiertas de árboles y malezas. El camino corría en línea recta, dividiendo el largo y gracioso valle. Las montañas en este particular atardecer parecían cercanas, irreales, claras y suaves. Grandes aves planeaban en círculos sin ningún esfuerzo alto en el cielo. Las ardillas cruzaban perezosamente el camino, y se oía el zumbido de un avión distante. Sobre ambos lados del
Pasado Y Presente02.jpg
camino había quintas de naranjos, bien alineados y bien cultivados. Después del caluroso día el olor de las salvias purpúreas era muy fuerte, y así era también el olor de la tierra y del heno caldeados por el Sol. Los naranjos aparecían oscuros, con sus frutos brillantes. Las codornices llamaban, y un pájaro corredor desapareció entre los matorrales. Un gran lagarto, molestado por el perro, se deslizó entre la hierba seca. La tranquilidad del atardecer descendía sobre la tierra. La experiencia es una cosa, y la vivencia es otra. La experiencia es una barrera para el estado de vivencia. Por más placentera o desagradable que sea la experiencia, ella impide el florecimiento de la vivencia. La experiencia ya está atrapada en la red del tiempo, pertenece al pasado, se ha convertido en un recuerdo que sólo revive como respuesta al presente. La vida es el presente, no es la experiencia. El peso y la fuerza de la experiencia ocultan el presente, y así la vivencia se convierte en la experiencia. La mente es la experiencia, lo conocido, y jamás puede estar en estado de vivencia; porque lo que ella experimenta es la continuación de la experiencia. La mente únicamente conoce la continuidad, y mientras exista su continuidad no puede recibir lo nuevo. Lo que es continuo jamás puede hallarse en un estado de vivencia. La experiencia no conduce a la vivencia, que es un estado sin experiencia. La experiencia debe cesar para que la vivencia sea. La mente puede atraer solamente sus propias proyecciones, lo conocido. No puede existir la vivencia de lo desconocido hasta que la mente cese de experimentar. El pensamiento es la expresión de la experiencia; el pensamiento es una respuesta de la memoria; y mientras el pensamiento intervenga, no puede haber vivencia. No hay ningún medio, ningún método para poner término a la experiencia porque el mismo medio es un obstáculo para la vivencia. Conocer el fin es conocer la continuidad, y tener un medio para lograr el fin es mantener lo conocido. El deseo de realización debe disiparse; es este deseo que crea los medios y el fin. La humildad es esencial para la vivencia. Pero ¡cuán ansiosa está la mente de absorber la vivencia en la experiencia! ¡Qué rápida es para pensar en lo nuevo y convertirlo en lo viejo! Así ella establece el experimentador y lo experimentado, dando nacimiento al conflicto de la dualidad. En el estado de vivencia, no existe ni el experimentador ni lo experimentado. El árbol, el perro y la estrella del atardecer no pueden ser experimentados por el experimentador; ellos son el mismo movimiento de la vivencia. No hay separación entre el observador y lo observado; no hay tiempo, no hay intervalo espacial para que el pensamiento se identifique a sí mismo. El pensamiento está completamente ausente, pero hay ser. Este estado de ser no puede ser pensado o meditado, no es una cosa que pueda ser realizada. El experimentador debe cesar de experimentar, y únicamente entonces hay ser. En la tranquilidad de su movimiento está lo atemporal.




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