viernes, 15 de septiembre de 2017

Teoría de las disciplinas metafísicas - Manly P. Hall


Agosto de 1940 

UNA CARTA MENSUAL 
Por MANLY P. HALL

DISCIPLINAS DE MEDITACIÓN Y REALIZACIÓN 

Querido Estudiante: 
TEORÍA DE LAS DISCIPLINAS METAFÍSICAS 
El análisis de las disciplinas metafísicas comienza con una definición de términos. Habiendo establecido el significado de ciertos términos, podemos entonces proceder sin riesgo con este estudio sumamente abstracto. Deberemos hacer uso de la palabra en un intento de revelar a ustedes algo que no puede ser puesto en palabras. Por lo tanto, el éxito de su estudio requiere que ustedes desarrollen una comprensión intuitiva de las implicancias metafísicas. 

Los tópicos particulares de este curso en base a lecciones son la meditación y la realización. Meditación es una contemplación interna de realidades divinas. Los temas de meditación son los aspectos de la Verdad. La Verdad sólo puede ser cognoscible cuando el estudiante está en un estado tranquilo. No debe existir tensión o esfuerzo alguno. 

Realización es la comprensión y aceptación simultáneas de la divinidad y del propósito divino en todas las cosas. Aún más, ella es la aceptación de las cosas tal como son, y de la justicia (rectitud moral) de las cosas tal como ellas son. 

Iluminación es un estado de consciencia uno en uno con el Principio Universal - la participación del hombre en la Verdad. Los métodos mediante los cuales se puede alcanzar la iluminación son denominados disciplinas. 

Disciplina es la dirección y control específicos de acción personal. La Disciplina conduce al pleno autocontrol. Toda disciplina debe ser sin esfuerzo (natural) – y con todo real (efectiva). El desarrollo Espiritual no es el resultado de un esfuerzo desesperado de ser bueno. Es más bien una realización interna del bien el cual transmuta la naturaleza total en la semejanza de la Verdad. En el Budismo Zen el camino de la iluminación es llamado "la puerta sin puerta." Los Taoistas de China lo describen como el "esfuerzo sin esfuerzo."

El crecimiento es connatural al hombre. Nadie piensa en una flor tratando de florecer, o en un árbol tratando de crecer. El florecimiento de la flor es una manifestación de la ley universal que fluye a través de la planta; es la voluntad de lo Infinito hecho manifiesto en lo finito. La Iluminación es el florecimiento del alma en el hombre; es precisamente tan natural, simple, e inevitable como el florecimiento de la rosa. El sabio no trata de ser sabio; la sabiduría es tan natural para él como la locura es común a los mortales comunes y corrientes. El Hombre no tiene que tratar de ser él mismo. 

El esfuerzo es evidencia de inconsistencia en el individuo. La mayoría de las organizaciones religiosas imponen reglamentos y normas estrictas sobre sus miembros. Estos reglamentos y normas consisten principalmente de "no debes," siendo el propósito forzar al hombre dentro de un estado de gracia mediante el inhibirlo y limitarlo. Todo individuo que trata de aplastar los vicios dentro de sí mismo con la fuerza bruta de la voluntad, solamente logra la inhibición y la neurosis. 

Cuando a través de la realización llegamos a comprender a la energía divina que nos mueve a existir y a crecer, cesamos de impedir su flujo natural en y a través de nosotros mismos. Cuando a través de la realización llegamos a ser conscientes de esta virtud divina: dentro de nosotros mismos, nuestra naturaleza interna es iluminada, con el resultado que nuestra naturaleza externa es inevitablemente transmutada. 

Las disciplines metafísicas no debieran ser dirigidas hacia fines materiales. El verdadero místico no medita o se concentra en un esfuerzo para atraer hacia sí las cosas del mundo material; ni intenta encontrar en la meditación un escape de las responsabilidades o problemas de su vida real. Sin embargo, ésto no quiere decir que las disciplinas metafísicas no produzcan resultado físico alguno. Cuando un hombre ordena su vida interior, a través de la meditación y realización, el resultado es una existencia física más feliz y mejor. 

Si podemos enseñarte (lo que es) la vida filosófica, es decir, la vía sin esfuerzo para crecer, te habremos establecido en los fundamentos de la sabiduría. Si podemos revelar de algún modo, a través del medio insuficiente de las palabras, la verdad sin palabras que ser sabio es el estado más simple y natural del hombre evolucionado, un bien grande y permanente será tuyo.
La diosa china Kwan Yin, la "Dama de la Misericordia," es representada cubierta con vestimentas ondulantes (que fluyen) y que son, para la mentalidad Budista, simbólicas del patrón cósmico de la vida. La existencia realmente es un patrón que fluye hacia lo real, un movimiento en el espacio, un fluir de toda vida hacia la sabiduría y la verdad. 

Las disciplinas Metafísicas no deben ser consideradas como ejercicios competitivos en que uno compite con otro en la medida de sus visualizaciones, o que aspira a alguna aristocracia metafísica. 

Todos los ejercicios metafísicos que se precien de tales son un despliegue del sí mismo (yo) hacia el interior de la luz de la virtud, de la belleza y sabiduría. 

La ilustración para esta lección está tomada de la escuela Zen de arte chino. La hemos titulado el "viajero solitario." Ella representa a un monje solitario parado al borde de un gran acantilado contemplando a la neblina. A lo lejos se elevan difuminadamente las sombras de altas montañas en extraño contraste con árboles quebrados y retorcidos en primer plano. Mucho se ha dicho de la soledad de la sabiduría, de cómo el buscador de la verdad llega a ser un peregrino que vaga de estrella en estrella. Para el ignorante, en efecto, el sabio es solitario, debido a que él mora en las distantes alturas de la mente. Pero el sabio mismo no se siente solitario, pues la sabiduría lo trae más cerca de la vida, más próximo al corazón del mundo que lo que el necio pueda estar jamás. El estudio de libros puede conducir a la soledad y la erudición puede terminar en una batalla de creencias, pero el sabio que mira hacia el espacio no ve una vacía vacuidad sino que un espacio lleno de vida, verdad y ley

Un estudiante de metafísica que trata de ser más de lo que es puede ser muy solitario. Sólo una parte de él ha avanzado. Ha renunciado a viejos afectos (ataduras), pero él no ha crecido (en espíritu) a nuevos ideales. Él ha renunciado a las cosas materiales, pero no las ha superado. Se aferra a un poco de ignorancia y lucha por un poco de verdad. Dicho hombre es solitario y miserable. El espacio a su alrededor aún es una vacía vacuidad pues él no se ha dado cuenta de la inminencia de la verdad. 

En términos de realización, la Verdad es el hecho cósmico, y ese hecho es la más hermosa, la más noble, la más gentil, la más sabia, la más deseable de todas las cosas. Esta verdad no es solo una palabra que pueda ser definida, sino que una competencia hacia la cual el hombre se desarrolla. 

Es la ley absoluta que mora tanto en lo más lejano como en lo más íntimo. Ella es para el sabio lo completamente-suficiente. Sólo lo real puede percibir o evaluar lo real.

Los maestros antiguos nos han dicho que la iluminación, le recompensa final de la disciplina, llega en forma repentina - cuando "nadie lo sabe." Al final del camino está aquel estado "deseado por todos los hombres." Es imposible decir cuando la iluminación llegará a algún individuo. Puede llegar mañana, o puede llegar después de diez mil vidas pero inevitablemente la disciplina acercará este día de liberación. La Metafísica promete al hombre libertad, seguridad y sabiduría sólo cuando él ha elevado su propia naturaleza a la percepción y realización del Plan Divino. 

APLICACIÓN PERSONAL 

Es nuestro deseo que desarrolles una filosofía práctica de vida que ayude en la solución de tus problemas personales y resulte de una gran utilidad para ti mismo y para otros. Las lecciones de estas series pretenden familiarizarte con el tema tradicional del desarrollo espiritual y trazar un programa metafísico práctico que puedas adaptar a tus propias necesidades particulares. 

Toda la humanidad está en alguna forma sujeta a disciplina. En el mundo material la disciplina produce habilidad y eficiencia. La falta de esta disciplina debe dar como resultado un poder de ganancia (adquisitivo) disminuido. Elbert Hubbard dijo una vez que los trabajadores promedio no entrenados ganaban unos 100 dólares diarios, pero que se debía deducir 95 dólares para pagar los salarios de aquellos que piensan por él y corrigen sus errores. 

Un hombre va a la escuela a aprender comercio (una profesión) porque se da cuenta que esa habilidad es necesaria para su supervivencia económica. Esto es igualmente necesario para desarrollar destrezas en las ciencias metafísicas. La religión es la más exacta de las ciencias y no debe ser dominada sólo mediante la oración y el ayuno. Ningún hombre se convierte en un buen tenedor de libros a través de la esperanza, ni puede convertirse en un gran filósofo sólo por el deseo….

Él debe someterse a sí mismo a disciplinas filosóficas y trabajar hacia la maestría en las ciencias sagradas. 

Pocos aspirantes imaginan un propósito más grande detrás del mundo visible y de sus actividades. Ellos son recompensados por sus múltiples esfuerzos por una comprensión más plena de verdades espirituales. La paz y la seguridad no se pueden encontrar solo con entrenar la mente o incrementando el intelecto. 

Independiente de cuan profundamente sienta un hombre, de cuan ampliamente estudie y se mejore aparentemente a sí mismo en lo externo, él no estará completo hasta que haya perfeccionado su disposición interna. Hasta que la consciencia espiritual haya impregnado y llevado a la perfección todos los esfuerzos del intelecto, el hombre no es seguro ni competente. 

La educación material está dirigida a aumentar la habilidad del intelecto y destreza. La educación da al hombre un conocimiento suficiente en humanidades, oficios y ciencias. Pero la educación moderna no da al estudiante ningún conocimiento de su propio yo interior. 

El espíritu, el alma y las partes metafísicas del hombre no encuentran lugar alguno en el escolasticismo. El resultado es evidente. El conocimiento material no da felicidad. No ha producido honestidad. Ha fallado en inspirar integridad. Sólo el conocimiento espiritual puede completar la educación al conferir seguridad, valentía moral e iluminación espiritual. 

La finalidad de la educación metafísica no es la memorización de los hechos de un libro de estudio, sino que la expresión de las convicciones (creencias, conocimientos) de la vida espiritual interna mediante sus aptitudes entrenadas y desarrolladas. Todos los grandes sistemas de filosofía metafísica han incluido disciplinas destinadas a liberar y perfeccionar los ideales superiores del individuo.

Siendo todas las cosas iguales, el individuo con la mejor educación obtendrá lo mejor a través de la disciplina metafísica. La metafísica no debe ser considerada como un sustituto de la educación, pero estas disciplinas significan lo máximo para el individuo que ya esté informado sobre una gran variedad de temas. Pero si un hombre cree que puede ganar un conocimiento técnico del Latín mediante la meditación, el quedará muy decepcionado. 

Las disciplinas metafísicas tuvieron su origen en los sistemas religiosos más antiguos. Las escuelas de pensamiento metafísico han florecido en la India por miles de años. Escuelas similares existían también en la mayoría de las grandes naciones del mundo antiguo. Julián el Apóstata, el más sabio y el más virtuoso de emperadores romanos declaró que sólo los hombres más nobles y más instruidos eran dignos de participar en religión. Platón enseñaba que la pureza y autodisciplina eran los primeros elementos esenciales de la vida filosófica. Después que Nerón asesinó a su madre él tenía miedo de entrar a los templos del Misterio, aunque por derecho él era el supremo sacerdote de Roma. 

Los antiguos reglamentos y normas que Platón, Pitágoras, and Aristóteles obedecían, no se han perdido. Por siglos ellas han sido ignoradas por los pensadores occidentales quienes enfatizaban sólo los valores objetivos de la vida. Los monjes Budistas de China, Siam, y Burma, y los sacerdotes Brahmanes de la India conocen y viven aún las disciplinas antiguas. Curiosamente, estas disciplinas son realmente muy simples. Lo que es difícil es su aplicación. El propósito de estas enseñanzas secretas es descargar en una manifestación los valores espirituales en el hombre. Los grandes iniciados del mundo antiguo atestiguan de la eficacia de las disciplinas.

Ya no vivimos en la época de Platón o Aristóteles. La estirpe se enfrenta con una nueva experiencia social. La economía y el industrialismo han surgido para infectar las almas de los hombres. Los viejos ejercicios deben ser adaptados a la vida moderna si ellos realmente deben cumplir con su propósito original. Muchos esfuerzos han sido hechos para adaptar los ejercicios metafísicos al ritmo del pensamiento moderno. Para la mayor parte estas adaptaciones han fallado. Normalmente, la falla se debe al optimismo excesivo tanto por parte del maestro como del pupilo. Los maestros orientales que vienen a este país asumen generalmente que sus estudiantes están ya bien avanzados cuando en realidad el estudiante no ha logrado prácticamente nada en sí mismo. El problema ha sido desarrollar un programa que no pueda causar dificultad, malentendido o abuso. Creemos seriamente que mediante el estudio de este curso, es imposible que el estudiante se meta en problemas y que, al mismo tiempo, él puede hacer un auténtico progreso hacia una compresión más completa de las antiguas enseñanzas mistéricas. 

La práctica de la disciplina metafísica no inmunizará a ningún individuo contra las experiencias que le son necesarias en la vida. La metafísica no tiene poder alguno sobre las leyes de la reencarnación y del karma, pero ayuda al estudiante a comprender y a apreciar estas leyes mientras se desarrollan en su propia vida. La ley de causa y efecto es inviolable en la naturaleza. La metafísica te dará el valor para poner en movimiento las causas correctas y la paciencia para desarrollar los efectos de las causas ya puestas en movimiento. La metafísica no removerá obstáculos, sufrimiento, pobreza, parientes o deudas, pero te dará la inteligencia para enfrentar estos diversos males con una buena esperanza, con elevada integridad y profunda convicción. La metafísica refuerza el carácter; así, ella ayuda directamente al individuo a ganar dominio sobre cualquier conjunto de circunstancias enfrentándolas imparcialmente y resolviéndolas honestamente.

La ley del karma, o de causa y efecto aplicada a las acciones del hombre es la raison d’etre de toda disciplina metafísica. El estudiante gana un destino mejor a través de la disciplina, por lo tanto, es inevitable que goce de un destino mejor. Todas las causas producen efectos consistentes con ellas mismas Si la vida es puesta en orden a través de la filosofía y realización, el resultado no es sólo mayor seguridad en el tiempo presente, sino que un mejor futuro en las vidas por venir. 

En tiempos antiguos aquellos que deseaban dedicar sus vidas a las ciencias sagradas viajaban a países distantes a estudiar con maestros grandes e instruidos. Pitágoras recibía a los candidatos detrás de una cortina y sólo después de años de discipulado era que a sus pupilos se les permitía mirar a su rostro. Las disciplinas Pitagóricas son típicas de los métodos de desarrollo antiguos. Los candidatos a admisión a su escuela llevaban un informe de su carácter y conducta de ciudadanos destacados de sus comunidades. Ellos debían haber logrado una alta competencia en matemáticas, astronomía, y música, o si no, no eran elegibles. Pitágoras determinaba por medios metafísicos las disciplinas necesarias para cada uno de sus discípulos. Estas disciplinas se hacían cumplir en forma estricta por períodos de tiempo variables, siendo el máximo de veinte años. Bajo la supervisión personal del maestro y de sus estudiantes más avanzados, el novicio progresaba en forma segura, protegido de todos los peligros que se originan a partir de una interpretación incorrecta de las verdades metafísicas. 

Cerca de veinticinco siglos han pasado desde el incendio del instituto de Pitágoras en Crotona. Una por una las viejas Escuelas de Misterio han desaparecido. El verdadero buscador de hoy día ya no puede pedir ser admitido en las puertas del templo. El discípulo debe disciplinarse a sí mismo. Apolonio de Tiana que vivió siglos después de la muerte de Pitágoras se impuso a sí mismo todas las disciplinas pitagóricas, incluso el voto de cinco años de silencio..

Él asumió voluntariamente estas disciplinas porque él sabía que ellas eran esenciales para el desarrollo espiritual de sí mismo. Ésta debe ser la actitud del estudiante moderno. La evolución ha traído al hombre medio el poder de analizar y estimar su propio carácter. Ya no es más necesario para el clericalismo mostrarles las fuerzas del bien y del mal. Cada hombre es ahora su propio alto sacerdote, su propio iniciador, el maestro de su propia vida metafísica. Habiendo realizado ésto, tu propia integridad debe fortalecerte por la vía del discipulado 

ADAPTACIÓN 

Entre mis amigos existe un caballero encantador de pura estirpe anglosajona. Sus antepasados probablemente murieron en el campo de Hastings, pero este hombre se ve y piensa como un chino. Hoy día, él es un caballero anciano con oblicuos ojos orientales, y un ralo mostacho blanco de corte confuciano. Él ha dedicado toda su vida al estudio del chino y frecuentemente es llamado por eruditos chinos para que les interprete las complejidades de su propio idioma Este amable e instruido caballero es un error geográfico. Desde el punto de vista de la reencarnación, éste es probablemente su primera encarnación en una forma occidental. 

Los biógrafos de Ralph Waldo Emerson se han referido a él como el “Nuevo Brahmán de Inglaterra.” Su biblioteca incluía la mayoría de los clásicos orientales, y la totalidad de su enfoque de la filosofía es hindú. Estos son ejemplos sorprendentes, pero cada uno de nosotros ha llegado a esta vida actual desde un pasado distinto nacional o racial. Si estudiaras los rostros y temperamentos de la gente que te rodea, observarás como la ley de la reencarnación ha unido los confines de la tierra.

Debido a que cada uno de nosotros tiene un pasado espiritual diferente, a que la reencarnación nos ha dado a cada uno una experiencia evolutiva diferente y a que el karma nos ha enfrentado a cada uno de nosotros con diferentes formas de compensación, cada uno de nosotros debe estudiar, aprender y crecer en una forma diferente. La filosofía es en gran parte un asunto de interpretación y la interpretación depende del punto de vista. Por lo tanto, si dos personas con experiencias espirituales diferentes intentan interpretar cierta idea metafísica, cada uno llegara a una conclusión diferente. 

Esta línea de razonamiento conduce a la conclusión que cada estudiante debe interpretar la metafísica de acuerdo a su propio carácter y a sus propias necesidades. Es verdaderamente como dijo San Pablo que la carne de un hombre es el veneno de otro. Es debido a esta individualidad existente en todos los hombres que cualquier método específico de desarrollo metafísico debe ser adaptado cuidadosamente a cada estudiante. Es imposible hacer dicha adaptación sin un importante estudio personal del estudiante en sí y su reacción a diferentes formas de conocimiento. Ése es el por qué en este curso estamos evitando cuidadosamente cualquier forma de disciplina metafísica que pueda conducir a daño o decepción. 

Existen dos grandes clases de metafísica, una oriental y la otra occidental. La rama occidental tuvo sus comienzos en Egipto y Caldea. La rama oriental tuvo su origen en los cultos pre-Védicos del Trans-Himalaya. La escuela occidental se desarrolló según líneas objetivas y encontró su mayor exponente en Platón, el más perfecto de los filósofos griegos. La escuela oriental, esencialmente subjetiva en su psicología, alcanzó su realización más elevada en las enseñanzas de Gautama Buda. 

El mundo occidental es básicamente objetivo en su psicología de vida. El occidental cree lo que ve. Él valora las cosas materiales y la vida material, y se esfuerza en pos de posición y poder. comparativamente no filosófico….

El industrialismo moderno con su alto estándar de eficiencia y su total falta de idealismo es el producto inevitable de una filosofía objetiva perpetuada por un pueblo.

Para el hindú, lo invisible es real, y lo visible es una ilusión. La mente oriental percibes claramente las jerarquías del poder celestial. La meta del idealismo oriental es la renuncia total de todas las ataduras físicas y de todas les posesiones materiales. El sabio oriental existe para el propósito único de alcanzar el desapego. Él sueña con el día en que él no tendrá nada, mientras que el occidental sueña con el día en que él lo tendrá todo. En Oriente, la sabiduría es riqueza; en Occidente, las acumulaciones de lo material (físico) y de lo visible son lo más deseado. 

Sabemos que todos los extremos son imperfectos y que en la moderación está la virtud mayor. Por lo tanto, el sabio de hoy en día trata de mezclar el pensamiento oriental y el occidental y lograr un balance entre apego y desapego, entre posesión y renunciación. 

En nuestro sistema educacional moderno a millones de jóvenes se les enseña lo mismo. Para ellos, el conocimiento se transforma en una educación mimeografiada en la cual se ignoran totalmente los valores espirituales. El énfasis en los deportes y eventos sociales los ciega a los valores más importantes del estudio. 

En Oriente, los fundamentos de la vida metafísica se establecen en la niñez. El niño promedio de doce años sabe más acerca de religión que el pastor americano promedio de sesenta. El misticismo es un derecho de nacimiento en Oriente. En Occidente éste debe ser alcanzado laboriosamente, a menudo a expensas de la seguridad económica. He visto a un Brahman mendicante-sentarse junto a los escalones (ghats) ardientes al borde del Ganges, quien no podía ni leer ni escribir, pero podía recitar los Vedas completos de memoria. El recitado era sumamente rápido y a pesar de todo le tomó alrededor de catorce días, los Vedas son considerablemente más extensos que el Antiguo Testamento de la Biblia….

Podríamos preguntar: "¿Comprendía este hombre lo que recitaba?" Por lo general, la respuesta es afirmativa, pues este mendigo es uno de cuatro millones de hindúes que han renunciado a todas las posesiones mundanas, al hogar y seguridad, para vagar de un santuario sagrado a otro. Esto es la llamada vida religiosa en Oriente. Nadie podría recomendar que un buscador de la verdad Occidental siga tal camino, pues como un pandit hindú me dijo una vez: "Un hombre que lo da todo por lo que cree, no puede dar más.” 

Fundamentalmente somos personas materialistas y existen pocos occidentales que no estén atados en alguna medida por valores materiales, apegos, y ambiciones. Para el occidental, la metafísica es una distracción, un pasatiempo, un lujo, una experiencia pasajera. Debemos aceptar la materialidad de nuestra raza como parte del plan divino. Como el hijo pródigo debemos descender a Egipto y al rebaño porcino. Al final, seremos más ricos por todas las experiencias que habremos adquirido; seremos más sabios y más nobles por nuestro viaje al interior del país de la oscuridad y el error. La recompensa por nuestra experiencia es la sabiduría, el coraje, la visión y la verdad. En verdad seremos más grandes que los ángeles. 

Debido a que somos muy diferentes de los orientales y porque somos diferentes de los antepasados, debemos adaptar sus filosofías místicas a nuestra condición presente. Debemos ser idealistas prácticos con una clara comprensión de nuestras propias limitaciones. Naturalmente todos los hombres desean ser sabios, pero hombres diferentes y razas diferentes deben abordar el problema de la sabiduría de acuerdo con su propia comprensión y a su propia experiencia. 

Hablando metafísicamente, nuestra materialidad da como resultado una condición de aislamiento. Tanto cuanto neguemos la realidad de los mundos suprafísicos, tanto ellos van a permanecer cerrados para nosotros Mientras vivamos según un estándar material en un mundo divino, nos aislaremos nosotros mismos de esas energías divinas innumerables que llenan e todo ser y sostienen toda vida….

Para el oriental, Dios es morada permanente, el corazón mismo y la sustancia de todas las cosas. Para el occidental, Dios está muy distante, algo a lo cual uno debe acercarse con temor y temblando tal como podríamos entrar a la presencia de un gran monarca, prosternándonos ante el esplendor de la divina presencia. En la búsqueda de la Verdad estas diferencias deben ser tomadas en consideración y las disciplines espirituales adaptadas en forma hábil a las diferentes necesidades. 

El ritmo de vida occidental nos ha incapacitado para la vida especial, sedentaria, meditativa del Oriente. A Un gran santo Indio se le pidió una vez que viniera a América a enseñar. Él alzó las manos horrorizado, explicando que la confusión de Occidente podría ser fatal para su sistema nervioso altamente sensible. En cierto modo, esta misma confusión es extremadamente perjudicial para cualquier estudiante occidental que intente la vida contemplativa. Las vibraciones de una gran ciudad Occidental son discordantes y producen un efecto violento sobre los centros sensitivos de los ganglios del alma o el sistema nervioso simpático. 

El cuerpo físico del hombre occidental ha incrementado su resistencia a los impulsos externos y desarrollado un mecanismo a prueba de impacto. El resultado es que el occidental es más directo, obvio y menos imaginativo que el Oriental. Para su sobrevivencia, es necesario que viva en lo evidente de forma constante, que construya filosofías para justificar este curso de acción y qué él subestime cualquier otro sistema de vida. Todo ésto es parte de un mecanismo de escape. No es sorprendente, por lo tanto, que el tipo más sensible de occidente acepte alegremente los fragmentos de filosofía oriental que llegan al Oeste. El misticismo oriental atrae al alma muerta de hambre a causa del materialismo de Occidente. Desafortunadamente, a menudo la sigue la explotación. 

Varios maestros orientales sinceros han venido a América en los últimos cincuenta años como misionarios de las filosofías orientales. Ellos han captado una atención considerable y sus doctrinas han encontrado un gran apoyo….

Pero estos profesores descubrieron que por alguna razón inexplicable los más serios de sus estudiantes occidentales se resintieron, enfermaron y murieron. La dificultad estuvo en que el Oriental había sobreestimado la comprensión espiritual de sus pupilos occidentales. Él estaba interesado en grandes sistemas de filosofía, pero sus pupilos estaban interesados en su personalidad. Ellos creían en él y no en lo que él decía. Ellos hicieron que toda su ceguera espiritual se refiriera al tema con resultados trágicos. 

Varias formas de yoga, ejercicios de respiración y estimulación de kundalini están entre las enseñanzas peligrosas que han llegado del Este. Estas enseñanzas son perfectamente razonables y normales para el indio oriental que dedica su vida a la purificación de su cuerpo y al desarrollo de las percepciones espirituales, pero para los occidentales quienes esperan poder respirar por sí mismos en un estado de gracia son como un juego, son sistemas totalmente inapropiados. Cuando el típico hombre de negocios Americano practica yoga, él ni tiene la valoración para comprenderlo, ni la integridad de aplicarlo. Para él es un experimento totalmente peligroso tan desafortunado como introducir alta presión económica en la India. 

Cuando un estudiante de metafísica intenta desarrollar sus facultades supra-físicas sin instrucción apropiada, el psiquismo está siempre presente. Los reportes de fenómenos psíquicos excitan la imaginación del desinformado. Tableros Ouija, visiones, trances, mesas que golpean, y visión a través de cristales poseen una fascinación insidiosa. Los fenómenos se convierten en la prueba del poder espiritual, hecho que es reminiscencia de uno de los yoguis de ayer quien demostró su consciencia cósmica al conducir un automóvil sin nada de gasolina por una calle comercial. Esta hazaña le ganó una veneración que la sabiduría nunca puede esperar. Es muy importante que cualquier estudiante de metafísica que espera hacer algún progreso verdadero en el desarrollo de su vida interior deba abstenerse de todas las formas de psiquismo y evitar los fenómenos psíquicos.

Las mejores escuelas tanto del Este como del Oeste previenen a sus discípulos contra el psiquismo y la mediumnidad. En India, los fenómenos psíquicos son practicados por los miembros de los grados más bajos del Yoga, nunca por estudiantes of Raja Yoga. Hemos tenido el problema del psiquismo en mente a través de toda la preparación de este curso, y ésto ha nos influido en la selección de ciertas disciplinas de una cualidad positiva y no psíquica. La sensibilidad a fuerzas suprafísicas que desarrolla el estudiante de misticismo deben estar bajo el control de su voluntad personal en todo momento y bajo ninguna condición, deben conducirlo a caprichos mediúmnicos. 

REALIZACIÓN 

La Religión de Sabiduría nos enseña que mientras como personalidad somos muchos, en principio somos uno. Hay un espíritu en todos los hombres. Aunque barreras artificiales innumerables hechas por el hombre nos dividen y aíslan, somos en verdad de una sustancia y un propósito. Somos más que similares; somos idénticos. Somos manifestaciones del Uno y damos testimonio en nuestros propios órganos al Uno. Este parentesco de vida, esta identidad de propósito y finalidad, nos hace verdaderamente universales. 

Tan cierto como que todas las plantas crecen de la misma tierra, así todas las vidas se originan de la vida única. Todos somos plantas con raíces en el espacio, alimentados por una energía y desarrollándonos para revelar una inteligencia. En la medida que ese hombre pueda percibir esta unidad, a ese punto él es sabio. Mientras él pueda pensar siempre en esta unidad impersonal, él puede evitar la división y la discordia.

Una comprensión de la filosofía vuelve a despertar el espíritu en el hombre y restablece para él la realización del Uno. Nuestro tema esencial de ahora en adelante será LA UNIVERSALIZACIÓN DEL INDIVIDUO, es decir el desarrollo de valores universales en cada estudiante. 

Comienza tu vida filosófica ganando una comprensión imperturbable de la vida y de la LEY, sobre la cual construirás tu meditación. Sinceramente recomendamos que intentes en tu vida cotidiana la química de la visión, que traigas los ideales mejores y más elevados de ti para soportar las situaciones que se originen. Vive de acuerdo a lo mejor que sabes y observa con qué rapidez los problemas desaparecerán. Todo lo que es difícil se hace fácil cuando se hace con la verdad como criterio de acción. 

Si ganas sólo un poco de comprensión de la vida sobre la cual puedas construir una filosofía positiva y útil, habrás logrado mucho. No puedes alcanzar la perfección en un día o incluso en una vida. Pero si trabajas para ello, tú llegarás más y más cerca a la comprensión. Ésta realización es tu primer paso. Reflexiona bien en ello, pues sobre la roca fundamental de la integridad propia construirás la Casa de la Comprensión Universal. Intentar vivir más allá de lo que sabemos es peligroso. No vivir al nivel de lo que uno sabe, es igualmente fatal. 

Sinceramente tuyo

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