domingo, 3 de abril de 2016

LA CONSTRUCCIÓN DEL TABERNÁCULO



LA CONSTRUCCIÓN DEL TABERNÁCULO 

Moisés, hablando por Jehová, el Dios de Israel, designó a dos arquitectos para vigilar la construcción del Tabernáculo. Ellos eran Besaleel, hijo de Uri, de la tribu de Judá, y Aholiab, hijo de Ahisamach, de la tribu de Dan. La popularidad de ellos era tan grande que fueron también la elección unánime de la gente. Cuando Jacob en su lecho de muerte bendijo a sus hijos (ver Genesis xlix), le asignó a cada uno un símbolo. El símbolo de Judá era un león; el de Dan una serpiente o un ave (posiblemente un águila). El león y el águila son dos de las cuatro bestias de los Querubines (los signos fijos del zodíaco); y los alquimistas rosacruces mantenían que la Piedra Misteriosa de los Sabios (el Alma) se componía de la ayuda de la Sangre del León Rojo y el Gluten del Águila Blanca. Parece probable que hay una relación mística oculta entre el fuego (el León Rojo), el agua (el Águila Blanca), como se usaban en la química oculta, y los representantes de estas dos tribus cuyos símbolos eran idénticos a estos elementos alquímicos. 

Como el Tabernáculo era la morada de Dios entre los hombres, de la misma manera el cuerpo del alma en el hombre es la morada de su naturaleza divina, alrededor del cual se junta una constitución material doce veces mayor de la misma manera en que las tribus de Israel acampaban alrededor del cerramiento sagrado a Jehová. La idea de que el Tabernáculo era realmente simbólico de una verdad espiritual invisible fuera de la comprensión de los Israelitas está substanciada por una declaración hecha en el octavo capítulo de Hebreos: "Los cuales sirven de modelo y sombra de las cosas celestiales, como Moisés fuera advertido por Dios, cuando estaba a punto de terminar el Tabernáculo." Aquí encontramos el lugar físico material de adoración llamado "sombra" o símbolo de una institución espiritual, invisible pero omnipotente. 

Las especificaciones del Tabernáculo están descriptas en el libro del Éxodo, capítulo veinticinco: "Entonces el Señor habló con Moisés, y le dijo, Habla con los hijos de Israel para que me traigan una ofrenda, de todos los hombres que la dieren voluntariamente, de corazón, tomareis la ofrenda para mí. Y esta es la ofrenda que tomareis de ellos, oro y plata, y cobre, y seda azul, y púrpura, y escarlata, y lino fino y pelo de cabra. Y cueros de carnero teñidos de rojo, y pieles de tejones, y madera de acacia, aceite para la luminaria, especias para el aceite de la unción, y para el sahumerio aromático, piedras de onix, y piedras de engastes para el Efod, y para el peto. También harán un Santuario para mí, para que pueda habite entre ellos. Conforme a todo lo que yo te muestre, el diseño del Tabernáculo, y el diseño de todos sus utensilios, así lo haréis." 

El atrio del Tabernáculo era un área cerrada, cincuenta codos de ancho y cien codos de largo, circunscrito por una pared de cortinas de lino colgadas de pilares de bronce cinco codos de separación. (El codo es un estándar de medida antiguo, su longitud es igual a la distancia entre el codo y el punto extremo del dedo índice, aproximadamente dieciocho pulgadas.) Había veinte de estos pilares en cada uno de los lados largos y diez en el más corto. Cada pilar tenía una base de cobre y un capitel de plata. El Tabernáculo siempre se colocaba con los lados más largos mirando al norte y al sur y los lados más cortos mirando al este y al oeste, con la entrada al este, mostrando así la influencia de la primitiva adoración al sol. 

El atrio externo servía el principal propósito de aislar la tienda del Tabernáculo propiamente dicho, que se encontraba en el medio del cerramiento. En la entrada al patio, que estaba en la cara oriental del rectángulo, se encontraba el Altar del Incienso, hecho de platos de cobre sobre madera y ornamentados con los cuernos de toros y carneros. Más adentro, pero en línea con este altar, se hallaba la Fuente de Purificación, un gran receptáculo que contenía agua para las abluciones sacerdotales. La Fuente era doble en su construcción, la parte superior era un gran cuenco, probablemente cubierto, que servía como fuente de suministro para un lavabo inferior en la que los sacerdotes se bañaban antes de participar en los varios ceremoniales. Se supone que esta Fuente estaba incrustada con espejos de metal de las mujeres de las doce tribus de Israel. 

Las dimensiones del Tabernáculo en sí eran las siguientes: "Su longitud, cuando fue erigido, era de treinta codos, y su ancho era de diez codos. Una de sus paredes esta en el sur, y la otra estaba expuesta al norte, y en la parte trasera del mismo quedaba el oeste. Era necesario que su altura fuera igual a su ancho (diez codos)." (Josephus.) 

Es la costumbre de los bibliólogos dividir el interior del Tabernáculo en dos habitaciones: una habitación de diez codos de ancho, diez codos de alto, y veinte codos de largo, que fue llamado el Lugar Santo y contenía tres muebles especiales, a saber, el Candelabro de SieteBrazos, la Mesa de los Panes, y el Altar del Incienso; la otra habitación diez codos de ancho, diez codos de alto, y diez codos de largo, que se llamaba el Santo de los Santos y contenía un solo mueble--el Arca de la Alianza. Las dos habitaciones estaban separadas entre sí por un velo ornamental sobre el cual estaban bordadas muchos tipos de flores, pero ningún animal o figura humana. 

Josephus da indicios que había un tercer compartimiento que estaba formado subdividiendo el Lugar Santo, al menos hipotéticamente, en dos cámaras. El historiador judío no es muy explicito en su descripción de esta tercera habitación, y la mayoría de los escritores parecen haber pasado de alto completamente e ignorado este punto, aunque Josephus enfáticamente establece que el mismo Moisés dividió la tienda interna en tres secciones. El velo que separaba el Lugar Sagrado del Santo de los Santos estaba colgado de cuatro pilares, que probablemente indicaban de una manera sutil los cuatro elementos, mientras que en la entrada de la tienda propiamente dicha los judíos colocaron siete pilares, que se referían a los siete sentidos y a las siete vocales del Nombre Sagrado. Que posteriormente solo se mencionen cinco pilares puede explicado por el hecho de que en el momento presente el hombre tiene solo cinco sentidos desarrollados y cinco vocales activas. El antiguo escritor judío de The Baraitha trata las cortinas de la siguiente manera: 

"Se habían provisto diez cortinas de azul, de púrpura, y escarlata, y lino finamente tejido. Como se dice, 'Además harás el Tabernáculo con diez cortinas de lino finamente tejido, y azul, y púrpura, y escarlata.' * * * Se habían provisto once cortinas de pelo de cabra, la longitud de cada una era treinta codos, * * *. Rabí Judá dijo, 'Había dos mantas-la inferior de pieles de carneros teñidas de rojo, y la superior de pieles de tejones. '''

Calmet es de la opinión que la palabra hebrea traducida como "tejón" realmente significa "púrpura oscuro" y por lo tanto no se refería a ningún animal en particular, sino probablemente a una tela laboriosamente tejida a prueba de agua de color oscuro e inconspicuo. Durante el tiempo de los errantes de Israel a través del desierto, se supone que un pilar de fuego se cernía sobre Tabernáculo a la noche, mientras que una columna de humo viajaba con él durante el día. Esta nube era llamada por los judíos la Shekhinah y era simbólica de la presencia del Señor. En uno de los primeros libros judíos rechazados en el momento de la compilación del Talmud, aparece la siguiente descripción de la Shekhinah:

"Entonces una nube cubrió la tienda de la congregación, y la Gloria del Señor llenó el Tabernáculo. Y esa fue una de las nubes de gloria, que sirvió a los israelitas en el desierto cuarenta años. Una a la derecha, y una a la izquierda, y una delante de ellos, y una detrás de ellos. Y una sobre ellos, y una nube habitando en el medio (y la nube, la Shekhinah que estaba en la tienda), y el pilar de la nube que se movía ante ellos, haciendo bajos ante ellos los lugares altos, y haciendo altos ante ellos los lugares altos, y matando serpientes y escorpiones, y quemando espinas y raíces, y guiándolos en forma recta." (De The Baraitha, el Libro del Tabernáculo.) 

De: El Tabernáculo en el Desierto 
MANLY HALL 
De la obra “The Secret Teachings of All Ages”


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