DISCIPLINAS DE MEDITACIÓN Y REALIZACIÓN
Querido Estudiante:
CONCENTRACIÓN
A partir de la comprensión del significado
esotérico de la postura física como principio de la Ley,
debemos proceder ahora a la práctica de la primera de
las siete disciplinas operativas. Por conveniencia a esta
disciplina la podemos denominar concentración.
Primero es necesario comprender el significado
de la palabra en su sentido místico verdadero.
Concentración es la reunión total de las facultades de la
mente; ello es el logro de la unidireccionalidad de
propósito. Cuando usamos la palabra concentración es
mejor describirla en las palabras de los adeptos
orientales: "El maestro, sentándose, reunió sus
vestimentas alrededor de él y entró en samadhi."
Por "sentándose" se debe entender la postura
física o fundamento; por "reunir sus vestimentas
alrededor de él" debemos entender que él unió o reunió
o atrajo hacia un punto las diversas facultades de la
razón. Ésta es, entonces, la verdadera doctrina del
medio.
Medita sobre el misterio de la reunión de los
atuendos de la sabiduría.
Los patriarcas budistas se distinguían por sus
mantos. Los diferentes arhats o maestros de las escuelas
usaban capas, siendo distintos los colores con cada
orden. El manto del Zen era verde, y Daruma, el arhat
del Zen, es representado envuelto totalmente en el
pliegue de su manto, un extremo del cual está echado
sobre su cabeza para formar la capucha. A los discípulos
no se les permitía usar tales mantos ya que eran los
símbolos propios de los monjes superiores.
El iniciado pitagórico Apolonio de Tiana,
poseía una capa característica de algodón…..
….Cuando él deseaba practicar las disciplinas
esotéricas, se sentaba en medio de esta capa y la
colocaba alrededor de él cubriendo incluso su cara.
Mientras estaba así oculto se suponía que él realizaba
viajes mágicos a lugares distantes del mundo. Mientras
estaba en uno de estos períodos de extensión suprafísica
sucedió que él vio a gran distancia el asesinato
del emperador Domiciano.
Hace tanto tiempo que hemos aceptado los
símbolos como realidades que incluso pocos
estudiantes preguntan por el significado de las capas
mágicas. Éstas, como la alfombra mágica de Bagdad, el
anillo mágico de Salomón y el anillo de los Nibelungos,
son símbolos de concentración, los recolectores y
aglutinadores de las facultades de la mente.
Entonces ¿cómo podemos definir
concentración? Como cualquier otra disciplina
verdadera, su significado real no puede ser (puesto por)
escrito. Éste debe ser percibido interiormente. Debe ser
conocido porque la disciplina ha desarrollado dentro
del discípulo la comprensión necesaria para su práctica.
No es necesario decir que no se requiere de ninguna
capa física; el maestro está vestido con ropajes que no
son de este mundo. Las características de sus
vestimentas físicas por las cuales es conocida su
posición en el mundo físico son solo las sombras o los
emblemas de sus verdaderas dignidades.
La concentración es apacible, relajada,
unidireccional, sin esfuerzo. Está basada y fundada
en la realización (comprensión) de la Ley. Ella
puede ser interpretada como constancia en un
propósito único. Como una vela ardiendo en una
noche tranquila, así es la realización ardiendo
inalterablemente en medio de la concentración.
Concentración es la continuidad del
movimiento espiritual hacia el Uno. En los comentarios
del Zohar es descrita así: "El discípulo de los misterios
espirituales contempla con perfecta fijeza de atención al
rostro de lo Real."
La práctica simple de la concentración es una
disciplina completamente inocua en la medida que se
eviten las falsas interpretaciones. Pues existe una gran
distancia de comprensión entre la verdadera práctica de
la concentración y los conceptos erróneos populares
que han ganado una amplia aceptación.
.
PREPARACIONES PARA LA CONCENTRACIÓN
Ninguna disciplina oculta debería ser
practicada sin una preparación adecuada. En la
práctica, la preparación es de dos tipos. La primera
forma se relaciona con el estado general de la vida
personal. Es inútil intentar cualquier ejercicio oculto en
un medio ambiente contradictorio y caótico. No
debemos convertir la actitud de huir de lo mundano en
una condición espiritual. La concentración no es un
oasis de espiritualidad en un desierto de caos. Cuan a
menudo escuchamos a las personas decir: "Mi
meditación diaria me da la fuerza para seguir en una
vida que de otro modo sería demasiado difícil." Con tal
motivación, el fracaso es inevitable. La concentración
no puede ser un incidente en medio de incidentes
opuestos. Ella debe estar correlacionada íntimamente al
patrón total de vida o no tendrá éxito y el tiempo
dedicado al esfuerzo será malgastado.
En la vida del hombre el poder para
concentrarse, de acuerdo con el significado místico de
la palabra, es evidencia de un creciente equilibrio
interno y de la extensión del poder del espíritu a través
de la vida tal como ella se vive diariamente. Por eso
decimos que la primera parte de la concentración se
relaciona con el patrón general del grado de
comprensión del discípulo.
La segunda parte de la preparación es aquella
parte que precede inmediatamente a la práctica real de
la disciplina. Por un corto tiempo immediatemente
previo al período dedicado a la concentración, la mente
debería estar en una condición de reposo y debería
haber una completa relajación física - no
necesariamente ociosidad, sino que una ausencia total
de tensión…..
….. Sentarse en medio de la confusión e intentar en tal
condición de bloquearla en forma brusca y forzada
mediante una postura física es irracional y poco
filosófico.
Es por esa razón que el maestro primero "se
sienta." En estas pocas palabras existe un gran misterio
para aquellos que puedan comprender.
SÍMBOLOS DE CONCENTRACIÓN
Las órdenes sacerdotales de la antigüedad y
las instituciones místicas del Asia moderna están en
perfecto acuerdo en cuanto al uso de diversos objetos
sagrados en la práctica de la concentración. Pitágoras
enseñaba a sus discípulos a meditar sobre el misterio
del tetractys, un arreglo triangular de diez puntos. Él
también aconsejaba a todo pitagórico auténtico a
dedicar tiempo a la realización (comprensión) de la
sacralidad propia del dodecaedro o sólido simétrico
de doce caras. Plutarco en su Misterios de Isis y
Osiris afirmaba que los egipcios ocultaban dentro del
adyta de sus templos formas y patrones geométricos
misteriosos, cuya contemplación inspiraba hacia una
proximidad con los dioses. Teón de Esmirna, el
matemático, propugnaba que la Deidad se alcanzaba
como estado a través de la contemplación de
patrones de números de acuerdo con una progresión
regular. Una parte importante del arte y arquitectura
religiosa perteneciente a los viejos cultos de
misterios estaba realmente involucrada en la práctica
de sus disciplinas de contemplación. Cuando así se
comprendía, los viejos símbolos tomaban una nueva
dignidad y un significado más rico.
El lama moderno hace uso de varios
instrumentos simbólicos en la realización de sus rituales
místicos. Éstos incluyen el dorje o doble trueno, la daga
ceremonial, el cuenco, un pequeño tambor doble, el
mandala, la rueda de oraciones y la tanka. A estos
objetos se debe sumar las elaboradas imágenes que
adornan el panteón tibetano.
….Cada una de las divinidades representadas está
pintada en ciertas posturas y realizando ciertas acciones.
Para el iniciado cada una de estas sutiles variaciones
tiene un significado esotérico especial.
Entre las
fórmulas de
concentración de los
taoístas chinos, la
palabra Tao misma
ocupa el lugar
principal. El siguiente
en importancia es el
símbolo ying-yang, que
representa el equilibrio
de los polos positivonegativo.
Les sigue en
importancia el patrón
de trigramas, grupos de
líneas enteras y
quebradas de los cuales
se reconocen ocho
combinaciones
primarias y sesenta y
cuatro secundarias. El
comentario de Confucio
acerca de los misterios
esotéricos de las
fórmulas de los
trigramas se mantiene
en la más alta
veneración.
La caligrafía contribuye a los símbolos de
concentración tanto del chino como del japonés. Los
caracteres escritos involucrados que personifican ciertos
principios de forma, línea y ritmo son considerados
como especialmente eficaces. Pinturas, esculturas y
frescos Religiosos, adornan la mayoría de los templos
orientales. Ellos son parte también de la vida religiosa
del devoto. Las pinturas más ampliamente admiradas
son el trabajo de sacerdotes que ejecutan diseños
simbólicos mientras están en estado de meditación….
….Todas las obras meritorias de artistas y
artesanos se consideran como que poseen el poder de
estimular la realización interna.
Tal es la doctrina exotérica en cuanto a los
símbolos de concentración. Incluso algunas de las sectas
más místicas aceptan la santidad literal de estos objetos.
No obstante, para nuestros propósitos debemos buscar
más profundamente por el verdadero Tao, es decir por la
Vía recta a la comprensión de los símbolos sagrados.
Cada uno de los emblemas simboliza y
representa en forma figurada una función de la mente,
una condición del Yo o una expresión de la voluntad.
Ellos son, por lo tanto, imágenes o formas físicas de las
fórmulas invisibles de verdades, virtudes o estados. Por
verdades queremos decir realidad; por virtud, la
semejanza al hecho y por estado, el nivel o grado de
proximidad a la realidad. Aquí nuevamente, solo la
realización propia puede distinguir claramente entre
términos que en el uso popular han sido aceptados como
sinónimos prácticos. En el misticismo todos los
significados son sutiles y los más sutiles son los más
cercanos a la verdad.
Cuando se escribe que el maestro recoge el
dorje, significa que él está aferrando el poder universal
dentro de su consciencia, equilibrando las energías
cósmicas mediante el proceso de concentración. Cuando
él alza la daga, está cortando el vínculo del sentimiento.
Cuando el sostiene el cuenco, él es receptivo al influjo
de lo universal. Cuando él da vueltas a la rueda, él está
girando las verdades de la causa y efecto en el eje del
Yo. Así es con cada instrumento a su vez. No es
necesario ni está implicado ningún símbolo real o físico.
Lo tangible permanece tal como siempre debe ser, solo
como clave o indicio para el misterio de lo intangible.
Para el no iniciado muchas de estas verdades deben
permanecer oscuras y sin sentido. De este modo los
secretos se protegen a sí mismos por su propia
naturaleza y no pueden ser profanados por el indigno.
Aquellos que no tienen ojos para ver, no tienen la
destreza para su uso o el poder para su abuso.
LA MAGIA DEL MANDALA
El mandala es una clase de cuadro o diagrama
sagrado, generalmente simétrico y geométrico, más
bien que artístico. El tamaño es de poca importancia y
los colores aunque a menudo tradicionales varían
considerablemente. El arreglo completo puede tener
básicamente la forma de loto y los compartimentos o
pétalos simbólicos pueden estar ornamentados con
letras o números en chino, tibetano o sánscrito.
Exotéricamente el mandala es una especie de mapa del
universo que representa la forma simbólica del mundo,
de los cielos, de las moradas paradisíacas o las partes
simbólicas del cuerpo humano.
Mientras que las formas convencionales del
mandala se reconocen a través de toda Asia, varias
sectas han creado claras desviaciones del modelo
tradicional. Sólo un discípulo avanzado totalmente
familiarizado con las disciplinas místicas puede
identificar con certeza todos los tipos de mandala.
Además, él solo puede discriminar entre la formulas
auténticas del templo y las reproducciones comerciales
que son preparadas para engañar y explotar al turista
por vendedores de arte inescrupulosos.
El famoso Abate Huc fue apartado de su orden
por su iglesia como resultado de los artículos que
publicó acerca de ciertos rituales mágicos practicados
en lo más profundo de Asia. Entre otras interesantes
observaciones, el docto abad comentó acerca de un
mandala pintado que el descubrió en uno de los
templos. Entre los diseños sobre la pintura había una
figura que representaba la luna. El símbolo pintado, de
acuerdo con su artículo, cambiaba sobre el lienzo,
exactamente de acuerdo con las fases de la luna en el
cielo.
Existe a disposición una literatura considerable
en el Lejano Oriente que explica dichas pinturas
mágicas a aquellos capaces de comprender…..
….Por ejemplo, está la leyenda del monje budista que
pintó el portal de Sukhavati, la puerta al cielo
occidental de Amitabha mientras estaba en un estado
de éxtasis meditativo. Habiendo terminado su obra
maestra, colgó la pintura en seda sobre la muralla de
su celda. Un día mientras estaba en meditación
profunda, se levantó, entró en la pintura y cruzó el
portal que él mismo había pintado y desapareció para
siempre. Había alcanzado el nirvana.
¿Cómo podemos interpretar esta leyenda? Si
dependemos solo de las facultades de la mente, la
historia parece extraña y absurda. Sin embargo, si
poseemos el poder de contemplar el verdadero
misterio de la leyenda, ella se convierte en una
alegoría sublime. El monje meditante es el Yo
aprisionado dentro de la forma humana que representa
las limitaciones de la mente mortal. El cuadro es la
visualización del "camino medio," el tao. La pintura
representa un portal o puerta porque verdaderamente
es el "camino". Habiendo visualizado y participado
por medio de la concentración en el misterio del recto
"camino'', el discípulo es capaz de alcanzar el fin el
cual, como el camino, también es tao. Él realiza la
Verdad a través de su propia realización y se convierte
en uno con aquello que él había realizado. La
concentración es la puerta de entrada a lo Real, el
puente construido con la materia sutil de lo percibido
internamente. Quién construye el Puente puede
cruzarlo para identificarse con lo que él ha construido.
En algunas de las escuelas orientales a los
discípulos jóvenes se los pone a la tarea de
concentrarse diariamente en los patrones del mandala.
Luego se los interroga en cuanto a los resultados que
han alcanzado. Generalmente la primera experiencia
es la sensación que los patrones se mueven. Si el
mandala es semejante a una rueda, éste parece girar,
primero lentamente y después con una velocidad que
se incrementa gradualmente hasta que los colores se
mezclan y parecen convertirse en discos de luz
giratorios…..
…. El logro de tales resultados requiere de muchos
meses – algunas veces de años - de concentración
diaria.
En la etapa siguiente, el fondo de la pintura, la
pared sobre la que cuelga y todos los otros objetos que
lo rodean desaparecen lentamente, y el disco giratorio
se ve suspendido en el espacio mantenido sólo por el
poder de la concentración.
En la tercera etapa, el discípulo al
concentrarse siente reunidos a sí mismo con el disco
dibujado, experimentando la sensación de fluir dentro
de un vórtice de poder luminoso. Cuando se alcanza
esta condición, el discípulo debe recurrir a su maestro
por ayuda antes de seguir más adelante. Él está en la
bifurcación de los caminos. Un error en este punto
puede anular todo el trabajo de años de esfuerzo.
El maestro interroga entonces al discípulo en
relación a lo que él ha descubierto mediante el giro del
disco. El propósito del interrogatorio es averiguar si la
concentración es esencialmente visual o
verdaderamente mística. Si solo es visual, el símbolo
es olvidado, de otro modo los resultados están a un
paso de la idolatría. Metafísicamente, la idolatría
significa confundir el símbolo por lo Real y adorar al
símbolo como la Realidad. Si la experiencia del
discípulo ha sido ante todo algo mecánico y él ha visto
el disco giratorio tal como él podría contemplar un
objeto fuera de sí mismo, él ha fallado.
Su concentración debe haberle ocasionado el
EXPERIMENTAR la rueda. Él debe haberlo
encontrado como valor antes que como forma. Debe
ser una rueda viviente, la Ley misma en movimiento.
El maestro, por lo tanto, pedirá una explicación del
verdadero significado del mandala giratorio. Si el
discípulo responde que lo sabe pero que no puede
explicarlo, el maestro estará satisfecho si el ve en el
ojo del discípulo la luz del poder del alma y percibe en
cada gesto la fuerza despertadora de la realización….
….Mediante ciertos medios ocultos de penetración, el
maestro puede estimar exactamente el avance que se
ha hecho. Si éste es satisfactorio, se da una instrucción
exacta y al discípulo se le pide continuar. Se le entrega
el trueno y se le pide romper la rueda. Él debe destruir
el patrón de su propia concentración y debe hacer esto
mientras esté bajo concentración. Más allá de este
punto no pueden ir las palabras.
Por lo tanto, para el novicio, la clave es ésta:
la concentración es la visualización mental de la Ley a
través de formas mágicas o transcendentales. La Ley
es descubierta en la forma. No obstante, la forma
misma debe ser rota. La Ley no tiene forma. Ella
puede ser encontrada a través de la forma pero nunca
en la forma. Todas las formas, tangibles e intangibles,
revelan a la Ley. Pero ¡desdichado aquel que intente
atrapar la ley en la red de la mente! Tal es la
introducción a la magia del mandala.
EL CUENCO (DEL) MENDICANTE
El símbolo principal del discipulado es el
cuenco (del) mendicante. Esta vasija circular de
bronce o arcilla era el distintivo de la mendicidad, el
emblema de la no posesión. Pero por ello, no debiera
inferirse indigencia moral. Como las otras reliquias
sagradas del arhatado, se la debe entender como una
experiencia de la consciencia. El motivo
arquitectónico principal de la pagoda Shwe Dagon,
uno de los santuarios Budistas más impresionantes de
todos, es un cuenco de mendicante invertido. La
inversión misma del cuenco para el relicario del
adepto liberado indica uno de los secretos universales
más profundos.
La búsqueda de la verdad es una experiencia
de la parte que busca la totalidad. Es una disciplina de
aceptación. Verdaderamente no buscamos la Verdad,
aunque el término buscar es lo mejor que conocemos.
Nosotros aceptamos, recibimos, a pesar de todo no
encontramos…..
….Todo lo que vive y existe otorga algo. La Realidad
está por siempre fluyendo en y a través de todo lo que
es. El cuenco es un símbolo de la capacidad mental
para recibir. Por eso el budista devoto puede aceptar
en él solo lo que es necesario para un único día y nada
más que alimentos. El arroz es el pan de Asia. El
cristiano en su plegaria exclaman: "El pan nuestro de
cada día dánosle hoy." El místico budista ni siquiera
pide. El porta el cuenco y aquellos que sienten dentro
de sí el impulso de la buena Ley compartirán su arroz
con él.
Cuando se ofrece el alimento, el mendicante
no puede rehusarlo. Se cuenta del Buda Gautama que
en su último día sobre la tierra, un pobre campesino a
causa de la generosidad de su corazón puso una
porción de su comida dentro del cuenco del Buda.
Debido a la pobreza del donante, el alimento estaba
echado a perder. Pero el Iluminado lo recibió y
volviéndose a sus discípulos les anunció que había
llegado el momento para su partida de entre ellos.
Luego, sabiendo que la comida estaba contaminada
pero que era lo mejor que el pobre hombre tenía para
dar, él gravemente la comió y murió como resultado
de ello un corto tiempo después.
No es necesario decir que la historia es
alegórica, pero el significado es perfectamente claro.
Recibir la Ley es ser alimentado. A través de todo lo
que vive la Ley nos es traída y, en cualquier caso y
bajo cualquier circunstancia, podemos recibir la Ley y
lograr la liberación. Las experiencias del día, los
problemas de la vida, karma y dharma, todo debe ser
aceptado dentro del cuenco siempre abierto de la
consciencia. No se permite ninguna cosa menos que
comida, pero ¿quién indicará lo qué es y lo qué no es
alimento? Al final, la experiencia es perfeccionada en
la Ley. Aquel que ha logrado la liberación da vuelta el
cuenco. Cuando la Ley es perfeccionada, entonces el
tiempo de recibir ha pasado. Hasta entonces el monje
en su hábito amarillo vaga de un lado a otro del
mundo llevando el cuenco.
LA PRÁCTICA DE LA CONCENTRACIÓN
Lea varias veces – atentamente – esta sección
prestando especial atención a los posibles significados
dobles. Éstos no siempre se pueden señalar o la propia
disciplina va a fracasar.
La práctica de la concentración debiera ser
limitada a un breve lapso de tiempo dando atención
especial a la regularidad y continuidad. No es
aconsejable que el discípulo deba concentrarse por más
de cinco o diez minutos a la vez, o más de una vez al
día. La Verdad es eterna. Si la realización no puede ser
alcanzada mediante la regulación, la extensión de la
disciplina no tiene valor. Por esta razón aconsejamos un
período de cinco minutos cada día, número asociado
místicamente con el control de las percepciones de los
cinco sentidos. Tanto las mañanas como los
anocheceres son momentos adecuados. Las partes
medias del día o de las noches son menos favorables,
especialmente en el caso del novicio. Día y noche son
ying y yang; el medio camino entre ellos son los
momentos adecuados. Habiéndose seleccionado el
momento, el lugar y la silla, luego se deberá lograr el
estado de ánimo propio.
Los poderes de la atención deben ser reunidos
ahora mediante una técnica simple, directa sin esfuerzo.
Bajo ninguna condición la mente debería dejarse en
blanco. Ni debería el discípulo esperar ilusamente por
pensamientos que piensen por sí mismos. Es demasiado
pronto para que la Ley fluya con las formas. El artista
primero debe pintar su cuadro de la Ley.
Elije un símbolo apropiado. Este símbolo será
tu mandala y el cultivo de éste requerirá de un tiempo
considerable en la mayoría de los casos. No te
descorazones si toma muchos meses aclarar este
símbolo. No cambies los símbolos en forma frecuente,
y nunca abandones un diseño por otro hasta que se haya
encontrado la Ley
El símbolo puede ser un objeto, un ideal o un
patrón, pero debe ser capaz de alguna definición, es
decir, debe ser perceptible para la mente si no para los
propios sentidos. Las virtudes abstractas como bondad,
amabilidad o generosidad (altruismo), no son adecuadas
en sí mismas como símbolos de concentración. Por esta
razón es que en las escuelas orientales se representa todo
(lo referente a) las virtudes. El Budismo está
personificado por el Buda, personificación, él mismo, de
todas las virtudes abstractas de la doctrina. En el
cristianismo, la perfección de la virtud Cristiana está
representada progresivamente en la vida, sacrificio y
muerte de Jesús el Cristo.
El maestro no es la Ley, sino que da testimonio
de la Ley. En la concentración el discípulo no puede
concentrarse directamente en la Ley sino que sobre
algunos patrones o imágenes que dan testimonio de ella.
Pero ¡ay de aquél que confunda alguna vez la imagen
con Aquello que es imaginado!
Con frecuencia es aconsejable obtener el patrón
de concentración a partir de una fase de la propia vida
que sea gráficamente significativa. Se ha advertido que a
menudo los hombres encuentran la Verdad de acuerdo
con la inclinación de sus gustos. Para el estudioso sus
libros son sagrados. Para el artista, las leyes y cánones
del arte representan su enfoque natural para el
descubrimiento de la Ley. El matemático avanzado
encuentra a Dios en los números y el astrónomo halla la
Verdad en las estrellas.
Elige, por lo tanto, como primer patrón para la
concentración alguna forma o dispositivo que ya haya
probado ser una inspiración y que te haya producido
algún grado de realización. Así a través de la puerta de
lo conocido pasas natural y normalmente a la presencia
del Conocedor
No existe ninguna restricción general impuesta
a la selección del tema mismo. Si has encontrado mérito
en él o has ganado mérito a través de él, es apropiado. A
título de ejemplo supongamos que somos amantes de la
naturaleza. Que hemos encontrado inspiración y fuerza
en contacto con las cosas en desarrollo. Que hemos
encontrado la ley del crecimiento. Nosotros no podemos
concentrarnos en el principio abstracto del crecimiento.
Por lo tanto seleccionemos una cosa en desarrollo como
símbolo del crecimiento, teniendo siempre en mente que
no estamos limitando el crecimiento en sí sino que sólo
particularizándolo de modo que permanezca dentro de
los límites de la comprensión humana. De esta forma
escaparemos de la vaguedad e indefinición,
abstracciones que a su vez nos llevarían sólo a
implicancias y trivialidades.
De las cosas en crecimiento que podemos
seleccionar, un árbol es una de las más nobles y de las
más complicadas y al mismo tiempo la más simbólica,
de todas las formas del reino vegetal. El árbol es
especialmente adecuado porque desde tiempo
inmemorial ha sido usado como base para diagramar
muchas formas del conocimiento humano. En viejos
impresos y manuscritos encontramos árboles de la ley,
árboles de medicina y árboles de religión. Las razas se
representan frecuentemente en forma de un árbol y sus
ramas. Varias de las filosofías antiguas han representado
el universo entero en forma de árbol. Reflexiones sobre
temas como éstos son un prólogo adecuado para la
concentración propia. Ésto postula la comprensión de la
magnitud y recuerda al intelecto la universalidad del
símbolo seleccionado.
En la carta siguiente continuaremos con la
discusión de la concentración, pero por el momento es
suficiente que se decida sobre un tema simbólico
adecuado.
LA REALIZACIÓN
En esta carta en particular, el tema total es apropiado para la realización. La idea fundamental debiera ser: Traspasar (penetrar más allá de) la forma. Aprender a reconocer que todas las ideas son esencialmente sin forma, pero perceptibles interiormente como manifestaciones de la Ley.
Cuando lees libros, cuando escuchas las enseñanzas, cuando contemplas la sabiduría antigua, traspasas la forma. Recuerda las palabras de Maimónides: "Debajo del cuerpo de la Ley está el alma de la Ley; y debajo del alma de la Ley está el espíritu de la Ley." Busca el espíritu de la doctrina. No aceptes nada menos.
En todo lo que te ocurra como incidente o circunstancia, reconoce los símbolos de lo sin forma. Comprende que todos los cuerpos físicos visibles y todo lo tangible, las formas concebibles del conocimiento son realmente las franjas multicolores sobre el manto del Infinito.
Recuerda la inscripción en el templo de Sais en Egipto: "Yo, Isis, soy todo lo que ha sido, lo que es o será; ningún mortal me ha quitado nunca el velo." Reconoce al mundo como el velo y entiende que aquel que entra al interior de lugar oculto debe rasgar el velo del templo de arriba a abajo. Con la espada de la comprensión (perspicaz) traspasa el velo y encuentra la Ley.
Sinceramente Tuyo,.
*
No hay comentarios:
Publicar un comentario