CARTA MENSUAL
Dedicado a problemas espirituales y filosóficos -- by Manly P. Hall
Washington, D.C, Mayo 1, 1935
Querido Amigo:
El segundo año de nuestra Carta Mensual para
Estudiantes empieza con esta edición. Sentimos que
muchas personas que están estudiando las enseñanzas
de Sabiduría Antigua estarán interesadas en una consideración más o menos detallada de problemas vitales
que surgen en el curso de sus estudios. La búsqueda del
conocimiento esta asaltada por numerosos problemas.
Preguntas surgen, problemas se presentan y el curso
de acción se convierte confuso y enredado. Con el fin
de que la mente pueda ser dejada libre en su búsqueda
de verdad esencial debe haber un sentido general de
seguridad intelectual. Benjamín Franklin es acreditado
con el adagio: “Asegúrate de estar en lo correcto
y luego avanza”. En dedicar nuestras siguientes doce
cartas a preguntas vitales que se ocupan de cuestiones metafísicas esperamos corregir algunos errores comunes en el campo y ayudar al estudiante corriente a
orientarse en el vasto mundo de la filosofía. Cada mes,
por tanto, elegiremos algún problema de importancia y
después de haber tratado su significación general desglosarlos en sus aspectos menores e indicar un curso
sensato de acción en el departamento de pensamiento
o vida bajo consideración.
PREGUNTA: ¿CÓMO PUEDE UN ESTUDIANTE DE LAS
ENSEÑANZAS DE LA SABIDURÍA ANTIGUA CONTACTAR
FUENTES BONA FIDE DE FILOSOFÍA OCULTA E
INSTRUCCIÓN ESPIRITUAL? ¿CUÁL ES LA RUTA MÁS
SEGURA PARA EL ESTUDIANTE DEL CONOCIMIENTO
SUPERIOR SEGUIR EN ESTE TIEMPO EN SU BÚSQUEDA
DE LA SABIDURÍA?
Durante miles de años los más sabios y nobles de los
seres humanos en toda civilización y nación han deseado
la verdad por encima de cualquier posición temporal.
La búsqueda de la verdad es la aventura más noble
de la vida y el logro de la verdad es la perfecta recompensa por la acción perfecta. Hay un camino trillado
al que Buda le llamo el Camino Medio que evita todos los extremos e inconsistencias de acción y conduce
finalmente a la vida de sabiduría. Miles de años de
experiencia han establecido y desarrollado y hasta cier to grado perfeccionado, la ciencia de la salvación por
medio de la sabiduría. Hay una sola manera de hacer
algo y muchas maneras incorrectas de hacerlo. Solo hay
una entrada al gran templo del conocimiento universal. Aquel que intente entrar por alguna otra puerta o
irrumpirse en la elevada ciudadela de la verdad, ese es
un “ladrón y salteador”. Aquellos que se dedican a los
procesos de disciplina y la mejora personal establecidos
por los antiguos maestros, se están preparando para
entrar en la casa de la sabiduría por la puerta correcta.
Por otro lado, aquellos tontos mortales que creen poder
respirarse, cantarse, entonarse, psicologizarse o afirmarse
a un estado de omnisciencia y realización están
intentando abrir cerraduras cuyas llaves no han limado. Dichos descaminados son como aquellos derviches
aulladores descritos por Omar cuyos gemidos resuenan
ante las puertas del templo; y sin embargo, no tienen
nada dentro de ellos mismos que amerite su admisión.
Como ha señalado Immanuel Kant, el hombre en
búsqueda de conocimiento tiene dos cursos abiertos. El
puede dirigir sus facultades internamente para lograr
un contacto interno con la fuente de sabiduría, o el
puede dirigir su atención externamente en su esfuerzo de conocer a través de un contacto externo con el
fenómeno de la existencia. En términos más simples, el
puede buscar la verdad dentro o fuera de si mismo. La
verdad procedente del interior o del Yo puede ser llamada INSPIRACIÓN y la verdad procedente del
exterior, de otras personas o cosas puede ser denominada INSTRUCCIÓN. La verdad como inspiración
o instrucción, cuando aplicada, se convierte en experiencia. Podemos definir la experiencia como la prueba
de acción y mediante la experiencia el hombre hace la
sabiduría universal suya.
Primero consideraremos el problema de INSPIRACIÓN o la sabiduría proveniente del contacto interno. Es teóricamente evidente que este método tiene
sus riesgos, tanto como sus ventajas y en practica estos
problemas en la mayoría de los casos asumen proporciones formidables. Las tres ventajas principales del
método inspiracional son:
1ra. El conocimiento procedente del interior no esta
adulterado por opiniones e interpretaciones, ni ha
sido sujeto a la influencia devitalizante del secterianismo.
2da. El conocimiento procedente del interior enlaza
al estudiante más cerca a la fuente de la sabiduría,
creando un estado de suficiencia mental y espiritual
que no depende de las problemáticas de la religión
organizada. Cada hombre y el Dios dentro de el
constituyen una mayoría.
3ra. El conocimiento inspiracional siempre esta a un
alto grado afinado a la necesidad del individuo que
la recibe. Una inspiración no fluye a una conciencia
completamente no apta para recibirla. Existe, por
consiguiente, una practicabilidad y razonabilidad en
la relación entre la inspiración y el inspirado.
Para resumir, por consiguiente, podríamos decir que
la inspiración es una relación muy deseable con la verdad universal y el fin hacia el cual todo aprendizaje
debe finalmente conducir.
Desafortunadamente el curso del conocimiento
inspiracional esta plagado de ciertos problemas perceptibles
que son dolorosamente evidentes entre los
metafísicos modernos. Para entender estos problemas
es necesario examinar brevemente ciertos aspectos de
la vida subjetiva del hombre – su anatomía psíquica y
fisiológica, por así decirlo. Si el hombre consistiese únicamente
de cuerpo y espíritu, el inspiracionalismo no
ofrecería ninguna dificultad, pero desgraciadamente
para el místico común, intervienen entre la conciencia
y la forma una gama de impulsos y fuerzas psíquicas.
Existe un organismo psíquico que es el poder detrás de
nuestros reflejos sensoriales y emocionales y en la practica
del misticismo estas ecuaciones psíquicas frecuentemente
confunden las emanaciones de la inspiración.
Un hombre que piensa que acaba de recibir un mensaje
del Infinito podría solo estar recibiendo un reflejo de
algún complejo psicológico, un reflejo o inhibición que
esta cargando consigo en su personalidad subconsciente
o subjetiva. Mientras que el alma humana permanezca
un enredo de instintos, apetitos, antipatías
y apegos, como lo es con el hombre corriente, solo un
hombre muy sabio podrá aislar e identificar una inspiración
verdadera.
Dado lo que antecede debería ser evidente que la
inspiración no es un sustituto para la disciplina filosófica. Solo después de que el individuo haya correctamente
organizado toda su vida, mediante el autocontrol
y la racionalización de todas sus percepciones, será
el realmente capaz de medir los méritos y deméritos
de los llamados destellos de inspiración y revelación.
Los principales problemas del inspiracionalismo y los
varios sistemas de “absolutismo” metafísico pueden ser
desglosados para fines prácticos en tres categorías :
1ra. Es casi imposible para la persona corriente, incluso después de muchos años de estudio metafísico,
determinar con exactitud la diferencia entre inspiración
e imaginación. Lo que al principio puede parecer
el mismo báculo de la verdad puede resultar meramente
siendo la sustancia de cosas esperadas.
2da. La imposibilidad de determinar con certeza la
verdadera fuente y sustancia de una presunta inspiración
muy frecuentemente deja al estudiante víctima de las más grotescas absurdidades de su propia
mente subconsciente.
3ra. Debido a que los esfuerzos para desarrollar las
facultades inspiracionales son usualmente débiles,
acientíficos y contienen una demasía de filosofía de
auto-negación, estos esfuerzos frecuentemente conducen
a la mediumnidad e incluso a la obsesión. Bajo
dichas condiciones la fuente de la supuesta inspiración
podría ser por la obsesión o posesión de una entidad absolutamente sin cualificación para regular
los asuntos del serio buscador de la verdad.
En esencia entonces, mientras el verdadero Yo es sin
duda el perfecto maestro y la fuente de todo bien eterno, el camino hacia ese Yo esta tan lleno de trampas,
obstáculos e ilusiones que el novicio no puede atentar este camino de forma segura hasta que el motivo noble
tenga como soporte suficiente conocimiento y un alto grado
de discriminación.
Sobre estos temas hablamos con abundancia experiencia.
Casi no transcurre una semana sin que una
alma sincera e ignara nos venga con una historia de
‘’conciencia cósmica’’. La mayoría de estas personas
han abandonado una fe ortodoxa y están naufragados
en un mar de nociones. Estas pobres personas traen
sus visiones, intuiciones y experiencias psíquicas para
ser confirmadas. Si señalamos la absurdidad de aquello
que es absurdo, nosotros, ciertamente, incurrimos en el
disgusto de estas personas que sienten que no tenemos
el derecho de cuestionar la validez de lo que para ellos
es una verdadera ‘’experiencia interna’’.
Es inútil explicar que “interno” es un termino muy
amplio que no solo cubre la parte espiritual del hombre,
sino que también incluye todo su organismo psíquico;
y para ser exactamente literal también su estomago
e hígado. Habiendo contactado cientos de personas
obsesionadas por la significación de sus experiencias
‘’internas’’ o visiones, todavía no he encontrado un
caso de verdadera inspiración o visión espiritual sin
una mente organizada e informada, emociones bien
equilibradas y normalmente manifestadas y un alto estado
de superioridad espiritual e intelectual. Personas
neuróticas e inhibidas puede que tengan experiencias
psíquicas y ocasionalmente algunas de sus visiones
puede que tengan satisfacción personal. El verdadero
filosofo, sin embargo, no esta interesado en Quijas aun
cuando ocasionalmente digan la verdad. Una calidad
de inspiración aceptable debe transcender pequeños
problemas fenoménicos.
Los monjes del Budismo Zen, cuya doctrina esta
basada en VERDAD INTERNA, nos han dejado
buenos preceptos. Ellos dicen que cuando un hombre
habla con su Verdadero Yo, cuando mediante el más
alto logro humano él es elevado a aquella verdad que
eternamente reside dentro de él mismo, él no ve ni escucha nada. Ninguna visión elaborada o fantástica
viene a él, ni seres del mundo invisible pronuncian
vastos discursos. El pequeño yo (personalidad), cuando es elevado a una identidad temporal con el gran Yo
(universalidad), ni siente ni percibe, sino que – SABE.
Para aquello que es conocido bajo estas condiciones no
hay palabras.
Aquel que posee la verdad no la puede describir
ni definir pero, momentáneamente CONVIRTIÉNDOSE
en ella, tiene un completo sentido de participación
en ella. La más elevada sabiduría es el silencioso
hecho. Aquellos que la alcanzan en silencio, la
preservan en silencio y la instruyen en silencio. El
hombre puede ser instruido mediante la palabra y el
acto en cuanto a la manera de alcanzarlo, pero con
respecto al logro en sí, todos los grandes maestros son
iguales – silenciosos.
* * * * *
Del primer método de aproximarse a la verdad, el de
contacto interno, pasamos ahora al siguiente, el camino
de contacto EXTERNO. Debería ser entendido que
la verdad en sí es superior a cualquier medio mediante
el cual tratamos de alcanzarla. Todo progreso conduce
hacia la verdad. El progreso, crecimiento y desarrollo
son manifestaciones del impulso hacia la verdad, pero
el medio nunca debe confundirse con el fin. Cuando
nos referimos, por consiguiente, al logro de la verdad
mediante el contacto externo, no queremos decir que
la Realidad en sí es percibida externamente, sino que
de ciertos contactos externos podemos adquirir instrumentos de comprensión y entendimiento con los cuales
estamos mejores preparados para abordar el misterio de
la verdad misma.
Consideraremos ahora medios de contacto externo o
instrucción en materias místicas bajo tres encabezados:
1ra. Instituciones o individuos que afirman poseer
un conocimiento exacto de las disciplinas a través de
las cuales el hombre puede ser elevado a una condición de seguridad espiritual.
2da. La literatura de los tiempos, incluyendo libros
religiosos y filosóficos que se supone que contienen
conocimiento suficiente como para permitir al estudiante
obtener una base solida en las ciencias
metafísicas.
3ro. La naturaleza misma con sus numerosos ejemplos de procesos espirituales y toda forma de ejemplos, acción y reacción que a través de su observación
el estudiante podría adquirir una educación razonable
en ley universal.
Estos tres caminos externos hacia la sabiduría son un
desarrollo de las Tres Joyas de Buda, o como el las llamo: La Vida, la Palabra y la Iglesia, por medio de
las cuales la tradición es perpetuada. Con la iglesia hemos
de entender todas las organizaciones espirituales.
Con la palabra la vasta literatura de sabiduría del
mundo. Con la Vida, la naturaleza en sí y el ejemplo
de la verdad en acción.
Estos tres medios que existen en el universo material
como medios para el logro de la verdad indican los tres
escalones del templo filosófico que inevitablemente han
de ser escalados por cada buscador de la verdad. En la
escuela de la filosofía el grado más bajo de posición
es el de estudiante y corresponde con la filosofía de la
acción, y su labor es la OBSERVACIÓN. Ellos son
representantes en el templo de la naturaleza. El segundo
grado es el de discipulado. Ellos han de adquirir
su conocimiento a través del estudio y experiencia. El
tercer grado esta compuesto de los mismos iniciados y
representan las ordenes y escuelas secretas mediante
las cuales la tradición es perpetuada de manera organizada. Estos tres grados son otra interpretación de
las Tres Joyas de Buda. La analogía es evidente.
En nuestra búsqueda de la fuente de conocimiento espiritual, debemos ahora examinar más detalladamente las tres avenidas de contacto EXTERNO o
instrucción. Consideraremos instituciones e individuos
que afirman en el momento actual estar perpetuando
la eterna tradición. Examinemos primeramente las
instituciones:
Desde los tiempos más remotos las universidades, colegios,
templos y comunidades dedicadas al estudio y
diseminación de las ciencias espirituales han florecido entre el hombre. Aunque las escuelas de filosofía
establecidas por los griegos, egipcios, romanos y los
caldeos desvanecieron con la desaparición de estas
civilizaciones, similares centros de cultura han continuado
en Asia hasta la actualidad. Hay abundante
evidencia en los escritos de los pensadores más iluminados
del mundo que distintos beneficios espirituales
son derivados de la participación en las enseñanzas y
disciplinas de estas sectas y sociedades. Los Misterios
del estado de los griegos y las grandes instituciones
ceremoniales de los egipcios perpetuaron el conocimiento más oculto y concedía a los candidatos la arcana
acumulada de la raza. Entonces si parecemos criticar a las organizaciones metafísicas modernas, no es
porque despreciamos la teoría de sociedades filosóficas,
sino mas bien porque la mayoría de ordenes modernas
se han alejado de los antiguos cimientos y base y no
pueden ser considerados representantes bona fide de
los sistemas antiguos.
La diferencia importante entre las antiguas instituciones
ocultistas y las modernas sociedades metafísicas
pueden ser consideradas bajo tres encabezados:
1ero. Las grandes Escuelas de los Misterios de la
antigüedad eran administradas por el estado, mientras
que todas las organizaciones modernas en el
mundo occidental están bajo directiva privada. Esta
cuestión en particular es más importante de lo que
parece a primera vista. Las organizaciones privadas
luchando por su existencia no disfrutan de la seguridad,
autoridad o reconocimiento necesario para
una amplia esfera de influencia. Una doctrina, la
cual para ser útil debe ser unida, es separada en numerosos
fragmentos relativamente aislados que solo
pueden existir haciendo proselitismo y compitiendo
una con otra. Donde existen muchas sectas, hay poca
sabiduría. Las antiguas Escuelas de los Misterios no
estaban reducidas al dilema de mantenerse a si mismas mediante la propaganda de alta presión y venta,
ni la necesidad financiera las forzaban a aceptar en
sus rangos personas que no poseían ninguno de los
verdaderos atributos que los cualificaban para recibir
instrucción espiritual. El mundo antiguo operaba
bajo la conciencia cualidad, mientras que el mundo
moderno busca perpetuarse únicamente bajo la teoría
de cantidad. Cuando escuchamos de una orden
religiosa con un millón de miembros, o una sociedad
filosófica con varios miles de ‘’iniciados’’, nos vemos
obligados a llegar a la inevitable conclusión de que
la membresía de la organización esta hinchada con
una gran contingencia cuya única función activa es
el pago de cuotas. Los antiguos templos de sabiduría
aceptaban únicamente los mejores hombres. Las sociedades modernas son obligadas, frecuentemente
contra su propio buen juicio, a aceptar a cualquiera
que cumpla con los requerimientos monetarios.
2do. Los Misterios establecidos de la antigüedad
poseían una tradición metafísica ininterrumpida
que había descendido a través de una larga línea de
hierofantes desde el principio del tiempo. El mérito
de estos sistemas es mejor inferido por el alto orden
de hombres y mujeres que atestiguaron la sublimidad de las enseñanzas. Pitágoras, Platón, Aristóteles, Plutarco, Proclo, Plotino, Hipatia, Fidias,
Hipócrates, Cicerón y un sinnúmero más reconocieron
la supremacía de los Misterios establecidos de los griegos o romanos. Mentes de esta calidad no son
fácilmente engañadas por doctrinas superficiales.
Ordenes que ganaron la admiración de intelectos de
esta índole efectivamente deben haber sido íntegramente
admirables. La mayoría de sociedades místicas
modernas son ordenes de búsqueda pero no de logro.
Son basadas en las opiniones e interpretaciones de
individuos y no en un cumulo de conocimiento. Cientos
de pequeñas sectas surgen y reunen pequeños
grupos de seguidores sinceros a su alrededor. Pronto
contiendas y maquinaciones se ponen en marcha y
estas sectas colapsan sobre ellas mismas y de ellas no
hay más mención. Los ‘’unidores’’ de los movimientos
místicos modernos son en gran parte un grupo
desilusionado.
3ro. Instituciones como los templos de los Misterios
de la antigüedad no pueden florecer en un orden
social esencialmente contrario a sus principios. Los
Misterios estatales de las antiguas naciones formaban
parte del espíritu de su tiempo. Los hombres,
considerando la sabiduría como la virtud principal
y no dominados por un complejo económico agresivo,
respetaban sus centros de conocimiento y les daban
una gran cantidad de apoyo moral a la más apreciada de sus instituciones. Los movimientos modernos
de ocultismo, obteniendo su membresía de un orden
social comercializado, materializado y esencialmente
egoísta, están destinados a corromperse y finalmente
disiparse por la tendencia del carácter de sus
miembros. Un hombre puede ofrecerle a un sistema
de pensamiento solo lo que el es y cuando muchas
personas egoístas se reunen para apoyar una causa
desinteresada, el inevitable fin es que esta causa
desinteresada gradualmente se extinga, ahogada en
un mar de egoísmo. Cuando dos o más están reunidos
en este mundo moderno, es casi seguro que el interés
propio estará también presente. El interés propio es
fatal para el bien común y la política no tiene lugar
en la asamblea de la verdad.
El camino del misticismo organizado en la edad
moderna esta por consiguiente asaltado de muchos
problemas y personas asociándose con sociedades modernas
son muy aptas a generar más exasperación que
inspiración de sus afiliaciones.
Deberíamos ahora examinar los movimientos existentes de ocultismo clasificándolos bajo dos encabezados generales, a los cuales les llamaremos sencillamente
sinceros e insinceros. Esta cuestión en particular no
tiene relación alguna con la antigüedad del movimiento
o su presunta relación con organizaciones más antiguas.
Simplemente se refiere a la pregunta: ¿Es el
movimiento honesto o deshonesto? Naturalmente no
esta dentro del ámbito de nuestro tratamiento referirnos
a organizaciones especificas o listar los nombres
de aquellas que pensamos que son honestas o deshonestas.
Hemos de ocuparnos únicamente con principios y
no confundirnos con el elemento mucho menos importante
de las personalidades.
Consideramos movimientos sinceros aquellos que
tienen la mejoría del hombre como su verdadera razón
de ser e insinceras y completamente detestables aquellas
dedicadas al lucro y están explotando por sus propias
ganancias las aspiraciones espirituales de hombres
y mujeres honestas.
De esto no necesariamente se deduce que incluso una
organización sincera puede completamente ignorar sus
problemas financieros. Siempre que los movimientos
filosóficos no estén apoyados por el estado, deberán
ser apoyados por la cooperación inteligente de sus
miembros. Para ser merecedor de confianza una organización filosófica debe indicar que es capaz de honesta
y constructivamente administrar sus finanzas.
Por otra parte, casi todas las instituciones religiosas
y filosóficas del mundo occidental están incorporadas
como corporaciones sin fines de lucro. Deben ser
apoyadas y deben demandar una medida razonable
de apoyo, pero cuando entran al área de explotación y
mala representación por ganancias, pierden el respeto
y apoyo de todos los estudiantes sinceros.
Estudiantes inclinados a afiliarse con organizaciones
de ocultismo deberían examinar con el más alto cuidado los méritos y deméritos del movimiento. Es suma
insensatez impulsivamente asociarse con una organización
que no haya sido meticulosamente examinada
y analizada con gran discriminación. Organizaciones
fantásticamente nombradas con pretensiones glamurosas
y presunciones imposibles deberían, claro está, ser
completamente evitadas. Cualquier grupo afirmando
ser los únicos poseedores de profundos y antiguos secretos deberían ser evitados a toda costa. Simples y estudiosos grupos de hombres y mujeres inteligentes, teniendo ninguna pretensiones, pero haciendo y viviendo
un alto estándar de integridad personal y colectiva, sin
modas pasajeras ni fetiches y sin una elaborada maquinaria política, son los únicos grupos merecedores de
una mínima consideración. No hay duda de que tales grupos existen, pero rara vez se publicitan. Operando
en silencio, son conocidos por sus obras y no por sus
palabras. Para el “unidor”, un pequeño consejo: Sopesa
todas las cosas y aférrate únicamente de aquello que
es simple, bueno, razonable y honesto.
De las afirmaciones de organizaciones modernas
como fuentes de educación espiritual, debemos pasar
ahora a las afirmaciones de individuos presumiendo ser
embajadores de sistemas secretos de conocimiento. En
la actualidad el fraude en esta área es particularmente
flagrante. En su conjunto los profesores individuales
son un problema más amenazante que las organizaciones.
Estas ultimas tienen una cierta tangibilidad
física y sus afirmaciones son más fácilmente registradas,
probadas o refutadas. El profesor itinerante, por
el otro lado, debe usualmente ser aceptado a partir de
su palabra, o de una examinación critica de sus doctrinas
o pretensiones. Hay numerosos ejemplos en la
historia de individuos iluminados quienes, sin formar
parte de ninguna organización, han inmensamente
contribuido al bien humano. El nombre de Sócrates se
destaca, también el de Jacob Boehme y Emanuel Swedenborg. De hecho, muchos grandes sistemas de filosofía fueron fundados por profesores itinerantes que
no desarrollaron ninguna organización o institución
durante sus propias vidas.
A diferencia de este tipo hay numerosas tribus de
oportunistas metafísicos que son verdaderos parásitos
quienes se han pegado al árbol de la filosofía. Para la
persona corriente que carece de la habilidad de distinguir
con certeza los méritos de varias afirmaciones y
pretensiones, solo hay un curso razonable y seguro para
tener en cuenta. El metafísico fraudulento es usualmente delatado por sus propias palabras y acciones.
Diez años es aproximadamente lo más que cualquiera
de ellos puede operar, y muchos de los afirmadores más
extravagantes no duran siquiera seis meses. Aquello
que no resiste la prueba del tiempo no es merecedor
de aceptación. El charlatán metafísico generalmente
no es muy ingenioso e instintivamente sigue líneas de
mínima resistencia. Por consiguiente sus tergiversaciones caen en varias categorías fácilmente detectadas
si son sujetas al pensamiento critico. Sus afirmaciones
pueden ser consideradas como sigue:
a. Él es generalmente la única persona poseedora de
una verdad muy superlativa que ha recibido directamente
de los Mahatmas de la India u otra fuente
igualmente augusta difícil de confirmar.
b. Él esta dispuesto a comunicar este conocimiento
extraordinario a quienquiera, que tenga desde cinco
a veinte-y-cinco dólares, en diez lecciones fáciles que
resultan inevitablemente en el estado de adepto. El
puede que tenga acciones y bonos, pozos petrolíferos
o laxantes como negocios suplementarios.
c. Él casi siempre infiere que la posesión del peculiar
conocimiento del cual él es el único dueño (derecho de
autor aplicado) inevitablemente causará que el individuo
suficientemente afortunado de recibir su instrucción
sea saludable, exitoso, rico y sabio. A partir
del momento que el termine el curso, el estudiante
estará predestinado a la opulencia y a una voluntad
dominante.
d. El medio por el cual estos milagros son logrados
incluyen técnicas de respiración sofisticadas, diferentes
tipos de afirmaciones, “el pensamiento radiante”,
estimulación de la mente subconsciente, elevar
el Kundalini, apertura del tercer ojo y “entrar en el
silencio”.
e. Numerosos aparatos mecánicos para que asistan
en la espiritualidad a veces son ofrecidos a la venta
a un precio razonable, incluyendo ‘’orejeras’’ psíquicas
para aislar las distracciones del mundo exterior,
discos fonográficos para imprimir la mente subconsciente
mientras duerme, etc. etc.
f. La forma más nueva y refinada de explotación
metafísica incluye revelaciones especiales para la
salvación de la sociedad de un colapso social inminente.
Hay un incremento inusual en el numero de
presuntos mensajes de varios adeptos en la actualidad – una situación que ha de ser visto con algo de
sospecha.
Hay muchas variaciones en la técnica de los pseudo-adeptos,
pero siempre recuerda que cualquier persona
en cualquier tiempo prometiendo a cualquier
estudiante o buscador de la verdad cualquier medida
sea cual sea de iluminación espiritual es, ciertamente,
fraudulento o se auto-engaña. Todo desarrollo espiritual proviene del interior del individuo, surgiendo de
la disciplina y la auto-mejora. Ningún hombre puede
incrementar la espiritualidad de otro. Atentarlo seria
ignorar una de las leyes más fundamentales de la naturaleza – la ley del Karma. El hombre gana sabiduría
mediante el pensamiento y la acción recta. Las escuelas
legítimas de la sabiduría antigua y los maestros legítimos de la doctrina no le ofrecen espiritualidad a nadie.
Ellos meramente indican el camino de acción, el cual,
si es seguido con consagración e inteligencia por largos
años, resultará en cierta mejora de carácter y conocimiento.
Los secretos esotéricos nunca son divulgados por
los Misterios antiguos o ninguno de sus emisarios a
ningún estudiante sin un periodo de cinco a diez años
de probación. La idea prevalente de que en unos cuantos
meses algún individuo, totalmente sin base en la
filosofía o la religión comparativa, puede llegar a ser
merecedor de personalmente contactar a los Maestros
de la Sabiduría y recibir instrucción de ellos, conduce a
una desilusión lamentable.
Para concluir, por consiguiente, el problema de escuelas
o profesores individuales como fuentes de iluminación espiritual, solo podemos advertir a los buscadores de la verdad que se están enfrentando a un
problema que requiere facultades de discriminación casi
superhumanas. Los fraudes más simples, claro esta,
solo engañan a los totalmente desinformados, pero hay
falsificaciones elaboradas que han engañado a personas de alta integridad y con una considerable medida
de juicio. Mantener la ley del Karma constantemente
en mente y evitar todo aquello que incluso en pequeña
medida viola esta ley universal de compensación, resultará
de gran protección. Si dentro de ti mismo sabes
que no estas preparado para la iluminación y que por
muchos años no has practicado las disciplinas del pensamiento
y el vivir recto, no permitas que ningún hombre
u organización te convenza que te pueden otorgar
lo que tu mismo no has desarrollado internamente.
Ahora pasaremos a la segunda división principal de
nuestro problema de adquirir conocimiento a través del
contacto externo.
La LITERATURA DE LAS EDADES es para el
principiante en estudios místicos con creces la manera
más segura. Es menos dramático que el contacto
personal y menos romántico que los pseudo-adeptos,
pero los problemas de decepción y desinformación son
grandemente reducidos. Todo esto es susceptible de un
análisis impersonal. Con ello no queremos decir que todos los libros son buenos o que todos los libros de ocultismos
son verdad. Hay millones de libros comparativamente despreciables, productos de juicio inmaduro,
prejuicio y pensamiento desequilibrado. Por otro lado
hay ciertos restos literarios de la más alta significación
y de la más alta integridad.
El hombre y la mujer corriente pueden sentarse en
tranquilidad en la comodidad de su propio hogar o estudio
y a través de las paginas de un gran libro recibir
instrucción de las fuentes mismas del conocimiento
del mundo. La persona corriente que paga veinticinco
dólares a un charlatán o a un profesor parcialmente
informado puede asegurar mejor y mayor cantidad de
conocimiento en su tema dedicando varias tardes a la
lectura de libros de texto auténticos de su biblioteca
publica gratuita.
Si vamos a estudiar ciencia, estudiémosla de los más
grandes maestros – Bacon, Descartes, Copérnico, Vesalius,
Huxley, etc. Si vamos a estudiar filosofía y religión,
derivémosla de sus fuentes y prefiramos a Buda,
Confucio, Lao Tze, Pitágoras o Platón a la sofistería
insignificante de sus desinformados exponentes modernos.
Todo estudiante de la sabiduría antigua debería acumular para si mismo una pequeña, pero selecta biblioteca
de material de fuente original. En nuestras propias andanzas hemos contactado cientos de estudiantes
de ocultismo quienes han gastado comparativamente
grandes sumas en la búsqueda de conocimiento
espiritual. Recientemente una persona me dijo que ella
había acabado de pagar ciento cincuenta dólares a un
profesor fraudulento a cambio de instrucción espiritual
que ella nunca recibió. Lo único que ella realmente
recibió por su dinero fue un serio problema nervioso
causado por trucos de respiración. Estos ciento
cincuenta dólares, si invertidos en algunos libros selectos,
habría grandemente enriquecido a la persona en el
conocimiento que tan seriamente deseaba. Ella habría
tenido que dedicarle al menos cuatro años a la lectura
de estos libros, estudiándolos y pensando en ellos. Ella
habría terminado esta tarea varias veces mejor informada
que el profesor itinerante que la estafó.
Las personas a veces dicen que no quieren estudiar
en casa, que no le encuentran el placer a largas tardes
con libros pesados. Si tal es el caso, tres o cuatro mentes afines pueden estudiar juntas, utilizando el libro
como texto y profesor y creando lo que los Griegos llamaron un simposio. Grupos más grandes usualmente
son desafortunados aun siendo sinceros, pero mitad de
una docena o menos, reuniéndose regularmente durante un largo periodo, puede lograr muchísimo. Por lo
menos evitan la explotación y desilusión encontradas al aceptar palabras de una persona desconocida y sin
cualificación.
Mi experiencia con libros en el área del ocultismo es
razonablemente amplia. Frecuentemente he pensado
en bibliotecas practicas para estudiantes del ocultismo
variando en función de su coste para cubrir las
necesidades y limitaciones financieras del estudiante.
Una biblioteca increíblemente buena puede ser acumulada
por tan solo cincuenta dólares y por quinientos
dólares como máximo un importante laboratorio de
conocimiento puede ser acumulado que iluminará y
enriquecerá al hombre o mujer pensante a lo largo de
la vida. Por supuesto, si los libros son usados como
ornamentos para la estantería de la biblioteca, no
harán ningún bien, pero si son estudiados inteligente
e diligentemente y sus principios aplicados, no solo
enriquecerán la mente, pero también a gran medida
LIBERARAN CORRIENTES DE INSPIRACIÓN
INTERNA.
Como punto de partida, vamos asumir una biblioteca
de diez libros cuidadosamente seleccionados y ajustados a las necesidades del individuo que esta razonablemente
familiarizado con los principios generales de
la filosofía y las ciencias ocultas, pero que desean perfeccionar
y dirigir sus conocimientos:
1. * Historia de la Filosofía, por Thomas Stanley.
2. * Proclo sobre la Teología de Platón, traducido por
Thomas Taylor.
3. * La Restitución de la Teología Platónica, Thomas
Taylor.
4. * Anacalypsis, por Godfrey Higgins.
5. Isis Sin Velo, H.P. Blavatsky.
6. La Doctrina Secreta, H.P. Blavatsky.
6. La Doctrina Secreta, H.P. Blavatsky.
7. La Humanidad, Su Origen y Destino, por un
Maestro Anónimo de las Artes de Oxford.
8. Concepto Rosa Cruz del Cosmos, por Max Heindel
9. Moral y Dogma del Rito Escoses Antiguo, por
Albert Pike
10. El Bhagavad-Gita, un fragmento del clásico
Hindú El Mahabharata
Con el precio actual de los libros, esta biblioteca costaría
aproximadamente ciento setenta y cinco dólares.
Los cuatros libros marcados con un asterisco (*) son
caros y solo pueden ser conseguidos a través de un
vendedor de libros raros.
Cualquier persona en posesión de estos diez volúmenes
tiene una obra de toda una vida por delante para dominar
y aplicar el conocimiento contenido en ellos. En la
presencia de literatura de esta índole, palabras poderosas
que vivirán a través de las edades, ningún estudiante
de la sabiduría antigua debería sentirse que carece
de medios para conocer la verdad. El conocimiento esta
aquí y esta a la espera de la industria del estudiante.
Ninguna otra revelación es necesaria mientras estos
libros permanezcan fáciles de conseguir y comparativamente
sin leer ni asimilar.
Un buen libro es el acercamiento más seguro para un
estudiante moderno de ocultismo a las enseñanzas de
aquellos antiguos maestros cuya sabiduría tan tristemente
necesitamos en este mundo de materialismo.
En nuestra próxima carta comenzaremos con la
tercera rama de nuestro estudio de medio externos para
el contacto de la sabiduría. Consideraremos la Naturaleza como un libro de la ley divina.
Suyo muy sinceramente,
MANLY P. HALL
Traducción por Damian Baladeva
Washington, D.C, Mayo 1, 1935
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